El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

lunes, 18 de octubre de 2010

La luz rosa (punto cúlmine) / Umiel Agosto - 2010



En este desierto sin fronteras donde solo hay una puerta, he decidido empezar a caminar; y cada huella será una letra, de las palabras del poema vital; y el latir profundo de la sangre, la sal del llanto y del sudor del placer sexual, será la magia, el sentido que convierte al lenguaje en algo mas que una mera articulación de signos, vacía, técnica y racional. Y cada paso hacia delante será el cenit donde las palabras son sentimientos, el pasaje de las ideas a los hechos, el punto en que el amanecer y el anochecer se encuentran, sin ser cada uno sí mismo, donde la noche sin ser noche ni el día siendo día, el tiempo se detiene y la eternidad tiene color de una luz rosa, mezcla del negro de la oscuridad nocturna y el brillo de los rayos de sol matutinos. Un instante en que se detiene el tiempo y el espacio. La capacidad de sentir y pensar la eternidad, lo sublime, la solemnidad, aunque no exista nada fuera del tiempo y el espacio, aunque seamos mortales.
Giro y miro el nacimiento del sol, como cada día; el arte del calendario, la ficción del tiempo. El horizonte absoluto, sin puntos cardinales…   por alguna razón pienso y siento que todo subyace en el amor. Y la existencia tendiendo a existir, la existencia saltando al precipicio de la vida, ese salto cualitativo, de contenido, que hace de las letras una poesía, la eternidad del verso; y de un departamento de cemento un hogar…  ¡hay algo carajo que me hace humano, que me hace especial! , la posibilidad de hacer magia con las manos, la capacidad de ilusionar, que en definitiva subyace la tendencia y el más profundo deseo humano: sentirnos amados y amar.

Igualmente no existe nada fuera del tiempo y el espacio, la eternidad de ubicarse en la luz rosa; delante del tiempo y detrás del horizonte.
La fortuna, la suerte, el azar, el momento preciso y en el justo lugar; la intermitencia de los besos y la duración del sabor del amor en el soporte del sentimiento.
El anhelo del cual la condición humana no puede escapar: el deseo de sentirnos amados y amar.

El espiral de la existencia que termina y empieza su movimiento circular en el corazón. En la tridimensionalidad de los sabores, de las texturas, los sonidos, imágenes y aromas. La cuestión no es el movimiento, la única salida es saber que el escapar no la implica; la hermosa y única ironía de buscar amar por amar.

Sobre la tumba del amor, nace una flor,
Y en cada primavera se manifiesta,
En estrellas de cristal, esta ilusión,
De vivir por vivir sin ninguna condición.
La eterna contradicción,
De esta condición, la condición humana.
El momento preciso y el justo lugar;
No existe nada fuera del tiempo y del espacio,
La luz rosa, los grises, los matices; el arte y el amar…

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