El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

lunes, 29 de abril de 2013

Del amor cuando muerde. / Umiel - Abril 2013

Imagen 1.



Conseguí pólvora en el mismísimo momento en que informaste que el derrumbe de todo esto dependía de la voluntad del tiempo. Encerrado en este y fuera del espacio, vemos como flotamos en algo menos importante que el recuerdo, menos apremiante que el presente y más cobarde que el futuro.
Encontré pólvora en las valijas de mudanza que nunca armaste, (como primera ración). De allí hasta hoy, tengo lo suficiente para volar a media nación, para volar mucho, en mil partes.

Esas partes tan muertas,
Como lo están hoy,
Al fin y al cabo,
Solo se trata de distribución.

El fósforo lo dejaste en aquel hueco en la almohada, en ese espacio vacío que descubriste en tu corazón. Decidí encenderlo cuando recordé la última vez que hicimos el amor, decidí lamerlo hasta las llagas, hasta las marcas, hasta el carbón. En un muro se escribe la sentencia, un grafiti en el pecho incita a la resistencia y si se puede, no vaya a ser molestia, intentar una revolución.  Dos de cada diez sentimientos, mueren de hambre. La mayoría de ellos, casi en un %60 no llegan a educarse y viven presos de una colonización. En esta anarquía no hay lugar para contemplar los vestigios de las estructuras de lo que alguna vez fue soberanía, compañerismo, solidaridad, sexo y nación.
Un colifato, un loco lindo, o quizás solo un loco bueno, cantaba su versión: cantaba con su letra, en fin, pedía prestada alguna que otra palabra y la melodía y/o una inspiración:
Es el tercer día y el agua no bajó, vivir en medio de un desastre… Construiré una balsa y me iré a tocar rock and roll, naufragando en la posibilidad, de estar mejor, en otro lugar…
Quedé con palabras rebotando, como un pequeño jugador de básquet que insistentemente taladra la tranquilidad matutina laboral, con ese pique molesto, con ese golpe certero, como un pájaro carpintero, como un serrucho mal intencionado, como una pizca de sal y ajo en un mortero, como la uña encarnada, como la astilla clavada, en la ampolla del dedo.

Rebota un lugar,
Donde los besos saben dulces,
A lo largo de la mortalidad.
Donde se agita la sangre,
Allí sobre el puente que une,
La luna con el mar.
Donde nace el encanto,
De vos, yo, la playa y la sal.

El desahucio nos dejó,
Cien años de lluvia,
Sin arena y sin neón,
Se escapa el humo de la boca,
Con aliento a desengaño,
En los pocos minutos al día,
Que tenemos de sol.

El problema no es el congelamiento,
El problema es la ausencia de calor,
El problema no es el aburrimiento,
Sino su presencia en los recuerdos,
Que se entretienen como un cazador.
Entre muerte, balas y pólvora,
Entre valijas no hechas y alcohol,
En un hueco en la almohada mojado,
En un espacio vacío latiendo afónico,
En la garganta del recuerdo de una pasión.
El problema es tu ausencia en mis manos,
El problema es tu insistencia en mi corazón.

El remolino que ronda bailando,
Tan cínico e inocente como un niño cruel.
Las ventanas que ya no soportaron,
La furia de este vendaval sin fe.
Partiéndote en dos los labios,
Los tajos que el viento nos dejó en la piel.
La foto tapada por el polvo acumulado,
En los cajones encadenados,
Entre la dignidad, la ambición y el placer,
De unos ojos que soñaban con el horizonte,
Y que hoy se ahorcan cuando miran el ayer.

Le tomaré prestado,
Los guantes al poeta,
Y sin publicidad,
Ni censura,
Dejaré en este papel…

El dolor que lastima,
Cuando la pena duele.
La nostalgia de una pasión,
Que sangra,
Cuando el amor muerde.

Conseguí pólvora en el mismísimo momento en que informaste que el derrumbe de todo esto dependía de la voluntad del tiempo. Conseguí el fósforo en aquellos espacios huecos y lo encendí en la tristeza del recuerdo de unos cuerpos. Lo dejé caer cuando el dolor lastimando en la pena que duele, sintió todos los quilos de presión de los dientes, del amor cuando muerde.

Le tomaré prestado,
Los guantes al poeta,
Y sin publicidad,
Ni censura,
Dejaré en este papel…

El dolor que lastima,
Cuando la pena duele.
La nostalgia de una pasión,
Que sangra,
Cuando el amor muerde.


Imagen 2.

domingo, 21 de abril de 2013

De los aplausos haciendo eco. / Umiel - Abril 2013

Imagen 1



Hoy volví a necesitarte,
Te quise por un par de horas,
Intente volver a conocerte,
Me rendí,
A la sed de la boca.

Al placebo de imaginar,
Que encontraría en ti,
Algo similar,
A lo que ocurría en mí.

Imagen 3

Y cuando te escuche,
Se pusieron las nubes a tronar,
La lluvia empeoró con el viento,
La brújula dejó de funcionar.

Y volví a sentir que ese lugar,
Era el único,
Donde no debía estar…

(Bajo mis pies el firmamento…)

No me perdí,
Yo fui hasta allí,
A plena voluntad.

Por no resignarme a dejar,
De buscar,
Esa magia escondida en un cofre,
En algún lugar,
Del conurbano sur,
En un barrio al oeste.

(Sobre mi piel el invierno…)

Será mejor que te quedes en tu decisión,
Y yo en la mía en alejarme por prevención,
Ya se dijeron todas las palabras por decir,
Ya bailamos y le dimos sentimiento al violín.

Imagen 3
Ese ruido no es una canción,
Solo se trata,
De los aplausos haciendo eco,
La función se terminó,
Es tan solo eso…

No tendré armas ni regalías,
No tendré espada ni dios,
Quizás solo tenga fantasía,
Y alguna que otra ilusión,
Quizás tengo solo versos,
Y me falte leña para esta estación.

Quizás  haga falta alegría,
Y me hunda en la pura razón,
Pero tengo esta poesía,
Unos cigarros,
Y un corazón…

Ese ruido no es una canción,
Solo se trata,
De los aplausos haciendo eco,
La función se terminó,
Es tan solo eso…

Imagen 4


sábado, 20 de abril de 2013

En el final, declaración de principios. / Umiel - Abril 2013




Me dueles tanto,
Me dueles tanto tanto,
Que me aterra llorarte,
Me dueles tanto tanto,
Que cuando no puedo evitarte,
No puedo callar el silencio hueco,
En los espacios que habitaste,
Podría dejar la mitad de mí,
En ese dolor,
Cerrado bajo mil llaves.

Me había prometido,
No temerle nunca al amor,
También me había imaginado contigo,
Un futuro de nuevas mañanas,
De sonrisas, mariposas,
Sobre las pestañas de un gorrión.

Podría dar mucho,
Casi podría darlo todo,
Pero permítanme escapar,
Y si la paz no se negocia aquí,
Solo déjenme descansar.
Si el veneno ya habita en mí,
Y no existe antídoto alguno,
Por lo menos saquen la espina,
Y déjenme a solas con el cianuro.

Que no estoy relleno de algodón,
Que nunca fui un robot,
Saquen esas cadenas,
De estas manos libres,
Que de mi me ocupo yo.
Ya tengo suficiente,
Con el desencanto y la soledad.
Y no busco compasión,
Si moriré lo haré con honor,
Lo haré escribiendo un poema.

viernes, 19 de abril de 2013

Del llanto a la seducción. / Umiel - Abril 2013




Y no puedo evitarlo,
Entra como veneno,
A través de un aguijón,
Pienso en todas las veces,
Que fuiste del llanto,
A la seducción.

Y no hay nadie allí fuera,
La soledad me abraza cansada,
Y a la vez,
Me pierdo entre el montón.
Si la especulación fuera cierta,
No sé si sería,
Mejor o peor.

Hay algo que me dice,
Que mientras llorabas la pena,
La pérdida y la frustración,
Preparabas con una mano,
Algo para convencerme,
Y con la otra una distracción.
No sería nuevo,
Ni el único,
Ni el primero.
No sé si sería,
Mejor,
O peor.


No…
Aquí ya no hay amor.
No…
La tierra removida y la flor.
No…
Puede que ya no tengas corazón…

En medio de una batalla,
Que destruye todo a mí alrededor,
Entre balas y fantasmas,
Me quedo quieto y solo,
En la cama de mi habitación.

La paranoia, la pena,
La probabilidad y la especulación…
El silencio y el terror.
Nuestra memoria selectiva,
La carencia,
Y el dolor…

Y no puedo evitarlo,
Entra como veneno,
A través de un aguijón,
La imaginación corrompida,
Si fuera cierto,
No sé si sería,
Mejor
O peor…

Del llanto a la seducción,
Me aferro a algunas distancias,
Creo que alguien se marchó,
Viaja en primera,
Esta noche aterriza el avión.
Mi mano retrocede con vergüenza,
Cunado la inercia la extendió,
La estupidez abrió una ventana,
Puede que ya no tengas corazón…


De la luz a la caverna, Y viceversa, También. / Umiel - Abril 2013




Desde Marte hasta Venus,
Solo existe un simple paso,
De la luz a la caverna,
Y viceversa,
También.

Del recuerdo hasta las venas,
Una mirada con una mueca de pena,
Y me abrazo como el mar y la arena,
Cuando lo hacen bajo las estrellas,
En plena humedad invernal.
Es una intensión que no cabe en este planeta.
Y que menos cabrá entre tú y yo.

El cometa se perdió,
En el aliento del viento,
Del último adiós.

De la caverna hasta la luz,
De la cama al living también,
Viceversa y al revés,
Llevo la pena,
De quién mató para sobrevivir.

Ese tipo al que arrebató la violencia,
Obligándolo a decidir,
Y con la pared a sus espaldas,
Lo hizo con resignación y sin error.



martes, 16 de abril de 2013

Adicto. (Dame un hueso y me iré contento a morderlo en el rincón.) / Umiel - Abril 2013



El cuarto se maquillaba de ocre y gris,
Mientras la sal estéril,
Perece en el semblante,
De una lágrima seca.

El gemido agotado,
Por el acoso del sudor frío,
La exclusión emocional,
De un marginal sin encanto.
Una pobreza que seduce a la miseria,
Una realidad afila las puntas,
De una piel con espinas y asperezas.

El yo-yo que gira y se desespera,
En la carrera de ahorcarse en su hilo,
El vértigo decadente sin alivio,
La adrenalina disecada,
En la saliva de un desastre.
Que corre y corre,
Pedaleando en el aire…

El conejo se durmió,
La tortuga anuncia:
Jaque mate.
Una huella del corazón,
En el fondo,
De un río salvaje.
Los recuerdos de un amor,
Que duelen,
Porque aún laten…

El cuarto bulímico,
Mientras la sal estéril,
Perece en el semblante,
De una lágrima seca.
Vomita gorriones y cuervos,
Por la ventana,
Un tipo cuerdo que enloquece,
En ardor de sus entrañas.

El sonido de un corazón delator,
Que quiere cortarse las venas,
Y dejar de quejarse.
De salir de esta miseria,
De vivir de tus sobrantes,
Atárselas de nuevo,
Antes de quedar marchito,
Sin pétalos ni sangre.

El unicornio azul,
Se te diluyó en el aire,
Y transformado en rata,
Lo echaste por el tirante.
Espera en el muelle pálido y solo,
La basura que queda,
Del capitán y los tripulantes.

Las plumas violáceas y azuladas se visten de vestigios de un desastre, cae en la curva deliciosa aquel vestido sobre los pequeños pechos en aquel escote elegante. Sus plumas son adorno, ya no intentes volar ni elevarte. El trauma de la colisión,  el impacto de un amor, que en su tráfico se derramó al estrellarse. Esos besos narcóticos que destruidos en escombros, enuncian el día y la fecha en que ya no lograste, mantener esa clandestinidad erótica en la que florecíamos, sin preocupaciones ni pasajes. Sin baches ni peajes, sin restricciones ni virajes. Hoy me drogo con lo poco que me das y con lo poco que me queda, de todo aquello que mediste y que conservé de alguna manera. Vendo mi dignidad por una dosis de esa actuación de amor que das cuando no tienes algo mejor que hacer que necesitarme. No sé si soy lo que fui, si no fui lo que soy, que no seré lo fui, o que no fui lo que seré. La vedad no importa, me suicido en un yo-yo que planea caer hasta sentir como el hilo se corta. Solo se que me confundo, solo sé que no puedo encontrarme. Hasta tanto giraré, giraré hasta marearme. En el agitar del viento, como si fueras un remolino pequeño, creo poder ubicarte, solo para ver de nuevo como aún en los besos, aún en el sexo no puedo encontrarte.

Mis brazos morados como señal de la perversión de mi sangre.

 El delirio al que me someto para respirar tu aliento en vez de aire, robo dinero y tiempo de mi futuro para conseguirte; pierdo mi dignidad para sentirte…

-“Aquí tienes una erección, cuando desees usarla, por favor no dudes en llamarme.”
-“Ah, me olvidaba, si quiere además un corazón, viene junto con las pilas y además también es desechable.”

Prendió un cigarro y tarareó una canción de un nuevo humidificador y la letra paranoica de un desinfectante. Vio a un testigo de Jehová molestar a alguien en la calle, y pensó ¿Cómo pueden creer en algo semejante?, Ella es real, su desprecio también, su sexo obligado, sus uñas, la repugnancia, el deshonor, mi dignidad y mi sangre, al menos, están aquí y ahora, al menos, son reales. Al menos huyo como un mono erguido y no como si hubiera caído del cielo, como si fuera un ángel. Me ofusco al revivir el sonido de mi despertador, y llego a casa solo para enojarme a solas. Para evitar pasar por el espejo, para desaparecer en las horas perdidas que vienen esta madrugada a masturbarme y torturarme. Soledad no me consuela, vampira maldita que vive de mi sudor, de mi esperma y de mi sangre… Pero, la abstinencia es así, la adicción podría llegar a matarme. Un sufrimiento por otro, un dolor multiplicado, un desencantamiento vital que crece exponencialmente, en cada triunfo fracasado, en cada vida muerta entre los damnificados, en cada sueño desvelado, en los viajes sobre hojas otoñales perdiéndose en el capricho del viento. En la crudeza natural de ver a los árboles pelados y enfermos. Un café, un sapo, un príncipe rebelado, un sacerdote reconvertido al ateísmo, Juana de Arco confesando las drogas que usaba cuando hacía política de sus delirios. Y suena de fondo que la hicieron quemar. Un rock and roll que por lo menos, le pone sal a la mortalidad, un poco de cerveza, un poco de niebla en la cabeza, un poco de estilo al nada más.

Cuando aparece un bostezo,
De aquel calor desnudo,
Aparece una figura junto a mí,
Se empaña y al girar,
Escucho como huyes,
Con el presente de aquí.

El unicornio azul,
Se te diluyó en el aire,
Y transformado en rata,
Lo echaste por el tirante.
Espera en el muelle pálido y solo,
La basura que queda,
Del capitán y los tripulantes.
En la saliva de un desastre.
Que corre y corre,
Pedaleando en el aire…
La cabeza dentro del aire,
La nariz bajo el agua,
Las manos que roban,
A Nacho unas cosas,
Sé que he sido un cobarde,
Sé lo soy aún en la canción, 
Pero ya es tarde y no logro encontrar,
Una manera mejor de explicarme.

jueves, 4 de abril de 2013

Las manos de Poncio Pilatos. / Umiel - Abril 2013



Esta bifurcación me derrite en un molde indeciso,
Con gusto a sangre y chocolate,
Cuello desnudo frente a un abstemio vampiro.
Cualquier opción puede pasar,
¿Quién es el encargado de decidirlo?
Buscaré entre las palabras tendidas en el laberinto,
Los broches ácidos bajo la lluvia de oro,
La soga tensa en el cuello ahorcado del odio.
Los límites de mi autonomía destruyéndose en tus labios...

Las personas salen y entran,
Mientras uno va destruyendo las puertas,
Alguien le da un vaso de agua al asesino,
Alguien llora un amor con espasmos y gemidos,
Una contorción de forma fetal y fatal tirada en el piso,
La figura deja de contrastar su semblante,
En la luz del faro que entra por la ventana,
La pared ya no se mancha,
La pared ya no habla…

Toc, toc, toc,
Tdc, lsd, dvd, tdc, tdc, thc, thc,
Tnt, toc, toc, lsd, lsd, thc, thc, thc…
Trastorno depresivo compulsivo…
Toc, toc, tdc, tdc, tdc, toc, toc, thc…
¡Ya va!, ¡Ya va! ¿Quién es?
-Abro la puerta sin esperar la respuesta, (THC)
Y pregunto de nuevo:
¿Quién anda ahí?
Giro mirando hacia adentro de la casa,
Y escucho: Otro nadie…
Tdc, tdc, tdc, no hubo toc, toc,
A veces solo quiero mentirme para encontrarme con el frío…
Una contorción de forma fetal y fatal tirada en el piso,
La figura de alguien que llora un amor con espasmos y gemidos…
Trastorno depresivo compulsivo… (TDC)

Pichones de ángel celebran sus primeras plumas,
Besándose y rodando en el césped húmedo,
La salida de la infancia atrae a las tormentas,
En las cuales una a una perderás las alas violetas,
De a una en el capricho del laberinto del viento,
Como migas de pan del rastro de dos niños,
Que abandonados se convierten en huérfanos.
Marearme en el agitar de los vinos con burbujas,
Mecido y acomodado en la niebla de la puna…

A veces solo quiero mentirme para encontrarme con el frío…
Una contorción de forma fetal y fatal tirada en el piso,
La figura de alguien que llora un amor con espasmos y gemidos…
Trastorno emotivo, depresivo y compulsivo…
Trastorno emotivo, depresivo, compulsivo y evolutivo.
Fantasía y relatividad, especulación o realidad,
Caminar sobre la arena caliente, entre caracoles y vidrios.
Lo único que queda es la sangre perdida, diluida en el camino.
Las heridas se secan abiertas,
El dolor en mis plantas hace mella,
Clavándose una estrella que calló de tus miserias...

Toc, toc, toc,
Toc, toc, toc,
Tdc, lsd, out, dvd, tdc, smoke, tdc, thc, thc,
Tnt, toc, toc, lsd, lsd, smoke, thc, thc, thc…
Trastorno depresivo compulsivo…
Toc, toc, tdc, tdc, tdc, toc, toc, smoke, thc…
Sistema orgánico depresivamente abstracto,
Evolutivo,
Preservativo,
Sexo oral a medias,
Medias naranjas sin cáscara y secas.
La cara feliz de una marioneta,
Pinocho que se tala las venas,
El baúl de un auto lleno de cadáveres e histérias,
Bailando entre la mierda,
El enemigo se esconde allí debajo de los pelos,
Del tipo que ves cuando te miras al espejo.

Pestañas de araña,
Una madeja de artimañas,
Casualidades que podrían arruinar una vida,
La caída del imperio,
Testigo vivo de un siniestro,
Desastre emocional,
La suerte corrupta,
Los miedos traumáticos de un tipo,
Que aprehendió a sufrir demasiado,
La cara del engaño,
Las manos de Poncio Pilatos…

Las víctimas espectando,
Como su destino se prostituye,
Entre hijos de puta demasiado inteligentes,
Entre bastardos que mueven la brújula del fracaso,
La indefensión de los que creemos confiados.
El miedo se esconde en los pequeños detalles,
Las nimiedades se coordinan aterrando…
Te pasa la vida por enfrente,
Y las vías hacen el suficiente ruido,
Puedes reírte, puedes gritar o tirarte bajos los rieles.
La conciencia tranquila no es suficiente,
Si me encierran en la burbuja del individualismo inerte.

Te besé las heridas hasta secarme,
Te abracé evitando que me desarmes,
Me arrodillé cuando debí quedarme sentado,
Seguí ciegamente al caballero como  buen Sancho.
De la luz a la caverna, de la caverna hacia luz,
Tu Lazarillo mártir lamiendo la bala pintada con rouge.
Las tres marcas de los esclavos,
Forman los vértices de un corazón enamorado.
Como un soldado que da la vida,
Aún cuando la guerra está perdida…
Los miedos traumáticos de un tipo,
Que aprehendió a sufrir demasiado,
La cara del engaño,
Las manos de Poncio Pilatos…
A veces solo quiero mentirme para encontrarme con el frío…
Una contorción de forma fetal y fatal tirada en el piso,
La figura de alguien que llora un amor con espasmos y gemidos…
Trastorno,
Depresivo,
Compulsivo…


Donde suplicaba por migajas. / Umiel - Abril 2013




No trates de limpiar tu conciencia,
A través de mis decisiones,
No pongas una cruz en mi tumba,
Cuando no creemos en supersticiones,
Yo te esperaba florecido en cada primavera,
Pero en invierno se envenenan las flores.

No trates de colocarme allí,
Donde viste que no estaba,
Ese hueco al lado del camino,
Donde suplicaba por migajas.
Reíste en tu ombligo,
Mientras hecho polvo el viento me arrastraba,
Me perdí en el laberinto del aire,
Que ahoga como el agua,
Me salvarás si llegas a respirarme,
Y ocupar ese espacio vacío,
Que dejaste en tu mirada.

No trates de tapar el espejo,
De lo que dabas,
Con una manta de olvido,
Que seca mis lágrimas derramadas.
Si encendías el fuego,
Solo porque el frío se acercaba,
La pretensión descuidada,
De querer embalsamarme la culpa,
Y pegarla muerta en ese cuadro que colgaba,
De  aquella pared que desde un tiempo,
Se levanta,
Y se levanta…

No pidas resarcimiento,
Cuando esto es justicia y no venganza,
A veces los errores,
Nos bajan los humos de una cachetada,
Habrá que arremangarse
Y empezar de nuevo la casa,
Solo el cemento se diluyó,
En la lluvia mientras trabajaba,
Te toca remar solo a vos,
Y a este paso creo que naufragas.
Y de nada sirve saber que yo,
Tarde mucho más tiempo
En perder las coordenadas.

Aquí está,
Todo lo que mereces,
Por lo que me das,
No hay más,
Aunque te quejes,
Tus pretensiones exceden,
Lo que eres en realidad.

Ya nunca más me pondré debajo,
De la alfombra que esconde,
La mugre que traen tus zapatos.

Hola que tal,
Soy el hombre que se siente desengañado.

¿En el turbio océano de mi soberbia? / Umiel - Abril 2013




No se le ocurra pensar,
En que caigo en la crueldad,
Egoísta de la amenaza,
Solo apelo a la probabilidad,
Que suele abrir en mí,
Un glaciar de templanza.

En el turbio océano de mi soberbia...

No me extrañes si muero mañana,
Si no lo hiciste en el día de hoy,
Deja tú melancolía colgada,
Junto a la lista de mis defectos,
Esos que reclamaste a los gritos,
Hasta quedarte sin aliento.
Porque si no fui y no soy,
Nunca seré lo suficiente bueno,
Pero la muerte no da santidad.
Ni tampoco el autoritarismo de tu alter ego,
Ni la disciplina de un dogma personal,
Ni la pureza de tú fe en vos,
Ni tú terror a tus miedos.
Ni ser soldado de tus traumas,
Ni sacerdote de un recuerdo.
Y creo que el suelo va a empezar a temblar,
Que la tempestad no ocupe el espacio,
En que corría la sangre de los enamorados,
Que gruñe y muerde a la mano que le da cenar...
Mientras dilata el orificio su ano,
Y le traga a la vez el falo
Completo hasta vomitar.

Intercambió de favores,
Intercambio de fluidos,
Intercambio de debilidad,
Pimienta, sangre y sal,
Brillantina, bilis y cólico intestinal,
Mate, asado y fútbol,
Caras y caretas, orgía y antifaz.
Porque no fui, no soy y no seré suficientemente bueno,
Puedes venir tragarme entero de nuevo…

La gente que se equivoca es la que perdona,
Una virtud exenta de los perfectos…

Hay personas que son elecciones,
Presionando en las decisiones,
Con una mano en el corazón,
Y de la otra con la irracionalidad.
Hay personas que sufren transformaciones,
En viajes sin restricciones,
Del impulso de la luz a la oscuridad,
De la mariposa a la oruga,
De la bandera a la anarquía,
De soldado revolucionario a criminal genocida...
Obama da cátedra de su manifiesto de hipocresía.
Afganistán, Irán, Irak y Gaza,
Pena de muerte, África y Paraguay,
Cinismo, un presidente negro,
Guantánamo, colonialismo, imperialismo,
Obama premio Nobel de la Paz.
No vaya a ser que se enoje el patroncito,
Exclama la vieja Europa,
La Madame universal.

No me hables como si no hubiera hecho nada,
No te olvides de aquellas miradas,
Que me gane por derecho de haber sido el mejor,
No ves que estoy cansado,
De tanto haber luchado,
Contra Goliat y los molinos de viento...
Que Benito salió vivo,
De las cuarenta apuñaladas,
Que Heidi le dio en la Salada,
Que se asoma en el horizonte,
Una tortuga, una bota,
Un águila y una espada,
Miles de destinos diluidos en la trama
Del sonido de guerra expulsado de un cuerno,
El trabajo fue fácil,
Pero llevan preso a Robín Hood en Palermo.

Hay gente que le reza,
A un santo de los enfermos…
Los miles de sentimientos reprimidos,
Vos y yo, y los martirios,
En la dictadura de un super nosotros no,
Escuché una canción,
Que dice: dibujé un corazón,
Que dice Yo y Yo, me amo…
El todo es más que la sumatoria de las partes,
Dicen lamentándose los pedazos,
Esparcidos en el barro.
Siguiendo un conejo,
El reloj te secó la voz...