El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

sábado, 31 de mayo de 2014

Una carta de despedida sin talento literario. / Umiel - Junio 2014

Escribiré por mí, nada más que por mí. No encuentro razón para pensar en alguien más. Además, para ser sincero aunque escriba apuntado a esa luna de queso, de madera, de hierro, oscura, casi invisible, sin vida. Sé muy bien que no se leerá.
Solo.
Solo, trato de afrontarme así: yo conmigo mismo. Cuando supe entretenerme, poner esfuerzo y voluntad, me distraía del desorden  y de esa bomba que latía casi enferma en secreto, y que siempre supuse que iba a explotar.
Decidí rociarla de alcohol y le prendí fuego. Solo queda esperar. La cuenta regresiva.
Solo, ya no importa si abandonado, solo importa el propio abandono; y abandono todo riesgo al no lograr más que encontrarme solo. Nadie está cuando lo necesito, ya no debo confiar, no debo suponer ni tampoco creer en lo explícito para verlo refutarse otra vez sobre las palabras que se lleva el viento. El viento del otoño junto a las hojas muertas. Todas se estrellan al final ante el muro de las mentiras. No hay lamento sin mentira, sin desengaño, sin endurecimiento. Nueva asociación mental: las hojas secas se parecen a los recuerdos… deben serlo, iguales, no deben distinguirse; ya no soy capaz de manejar anhelo con sentimientos, no puedo afrontar la melancolía. Dejé de ser escéptico y volví al ateísmo. Soy una máquina fría que expulsa palabras heladas, y ya no creo en ninguna promesa, ya no quiero desilusionarme más. Siempre fui irresponsable con mi corazón. Le pido disculpas y él me dice adiós. Yo lo saludo y lo comprendo, nadie confía en la energía nuclear después de lo de Chernóbil. La misma desilusión empalaga, y no vale la pena ni siquiera experimentarla de nuevo. Nada tiene de nuevo, sentirse solo justo en el peor momento. Era  obvio me digo, me insulto por ingenuo, me odio por inocente y vuelvo a perder todo ese color que había puesto este jardín tan verde… No vivo de ensalada ni de imaginación. No quiero ser un niño con cuerpo de adulto cometiendo las idioteces suficientes para reafirmar mi incompetencia a sobrellevar lo acontecido en mi vida. No se puede escapar, debe ser algo mío, huir no servirá de nada.
Ya no quiero que ninguna venga a lamerme las heridas, las serpientes abundan en esa especie que lleva espinas en su lengua. No escucho más. Solo diré que estoy solo y que así seguiré. Estoy condenado a padecer el otoño, no queda nada, pero nada más por hacer. Esperar que todo se muera y que la primavera haga crecer flores de plástico pero que huelen a perfume de Channel.
La cuenta regresiva,
La cuenta agresiva,
Mozo, la cuenta por favor,
Guarde el vuelto,
Yo me voy.


viernes, 9 de mayo de 2014

El mundo de placer que brota en nuestra piel rozándose. / Umiel – Mayo 2014



Mi bonita niña grande…  Intensidad delicada, fruto jugoso, Estirpe de alquimia…
Tus promesas son…
Como un oasis primaveral entre tanto día de anhelo y ansiedad otoñal. Es como una luz más luminosa que el arco iris, e inventas en tu existir, casi en un talento inconsciente, miles de nuevos colores.
Desearía…
Abrazarte esta noche al dormir. Respirar en tu nuca aliento cálido y sugerente. Descansar mi pecho sobre tu espalda y suspirar poesía en tu cuello; poesía sobre un amor que me invade y que me llena de alegría y deseo.
Descubrí nuevas formas de anhelo al haber experimentado tu boca. De haber dormido contigo y haber probado tu cuerpo de maíz y néctar de caramelo. Convertido en…
En un centinela de tus encantos, un religioso de tu sabor, un fiel devoto de tu sonrisa, un esclavo de tu sexo humectado y dilatado, un siervo de tu orgasmo.
En un búho con insomnio que no duerme por los días, como un otoño confundido que lleva las hojas secas hacia el verano, como un pétalo de sal furioso que quiere falsear al tiempo y estafar a la distancia.
Como un sobreviviente tuyo que no se resigna a la carencia. 

Tu libido es igual al mío,
Y te pido: …

Necesítame,
Cómeme,
Acaríciame,
Chúpame,
Saboréame,
Bébeme…
Vísteme con tu saliva y sudor. Estreméceme con la gracia de tu sexo, con la calidad de tus besos y la magia de tu entrega.
Penétrate tú misma para excitarme, con tus manos y tu creatividad,
Penétrate conmigo para arder en un placer sideral.
Te pido:
Quiéreme,
Ámame.
Cógeme.
Te siento conmigo regalito de la casualidad, te siento conmigo amorcito de verdad. Te siento dentro, ardiendo y latiendo.

A tu espera, un hombre enamorado.

"Como un capullo de flor esposado que no puede brotar en el despliegue de sus pétalos. La primavera llegará en el invierno y la gloría será nuestro encuentro".

Si tu piel es de plomo, no sientes los abrazos. El soldado. / Umiel - Marzo 2014



Inclinó su cabeza ante la causa; y recibió guillotina y no la bendición de la espada. Las expectativas que lo llevaron a entregar su mente y su cuerpo se desvanecen ante la soberbia y el deseo incontrolado de poder. El soldado buscaba honor, buscaba ser una mancha dentro de la huella de la historia. El soldado lo han convertido en plomo.
 Al soldado ya no lo conmueve nada, el metal no siente, solo se derrite ante el fuego.  Ante la química reacción de combustión. Cambia de estado, pero nunca de condición, el metal no piensa, el plomo no siente, el soldadito tiene las dos piernas, pero vacío todo aquello que se encuentra al sur de su gorra y al norte de su cinturón.
Lo ví perdiendo de a uno sus sueños,
Lo ví con una herida en el pecho.
El soldado no tiene piel,
Es soldado es de plomo;
Ha perdido la carne,
El espíritu.
Ya no siente los abrazos,
El metal no tiene nervios,
Sus labios no interpretan besos,
No maneja emociones,
No trata con sentimientos.
No siente pena ni piedad,
Sin embargo,
El soldado no quería matar,
Pero lo asesinaron en metal.

Un artesano traidor,
Comenzó a plastificar las flores,
A mandar besos por celular.
No importaba donde estuviera,
La única distancia inabordable,
Era la de su corazón y su arte.

El soldado ya no siente,
El soldado ya no cree,
El soldado es soldado,
Y al ser de plomo ya no es humano.
Festeja su general,
Entre sangre de sueños, esperanzas y alquimias.
Festeja y ríe en su psicopatía cínica,
Obeso e inmundo en su hedonismo egoísta,
Perverso con rabia y sarna en su risa.
El general hace tiempo que ha muerto,
Aunque respire y en apariencia tenga vida.
El molde de la muerte y la mentira.
Solo ansiedad, sed y envidia.

¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Dónde se encuentra la salida? / Umiel / Abril -2014



Con un simple botón puedes borrar ese sonido electrónico, acorralado en los propios límites del artificio virtual.
Las dimensiones de la existencia.  Tipos de.
Sin embargo a una voz para callarla, hay que matar o tener la sangre lo suficientemente congelada como para mantener el pulso y cortarle la garganta.
Mi corazón no nació mudo, ni asesino, a veces las flores se cortan y en otras las raíces se arrancan.
Más allá del placer y el dolor, es sentir como luces se apagan,
Otra vez el corazón macha a ritmo de luto,
Y el único destino posible es el presente.
Otra vez vagando en este laberinto en crucigrama,
¡Y que suene una vez más, esa triste melodía fúnebre!
Que se torne sólida una lágrima antes de tocar el suelo al caer.
Un neceser que viste un traje con alambres de púas, se mueve armado indiferente y gris.
“A robar aprendí cuando me robaron”[i] va tarareando y ningún valor o sentido vino a socorrerlo.
“Welcome to the callejón moderno sin salida, welcome de aquí nadie sale con vida. Welcome”[ii]
La mortalidad corta con su lengua a veces el pasado y a veces el futuro. ¿Quién eres? ¿Dónde estás? ¿Quién fuiste? ¿Serás?
¿Cuánto hay de basura? ¿Cuánto de trauma? ¿Cuánto de nafta? ¿Cuántas huelen a naftalina? ¿Cuánto de orgullo? ¿Cuánto de dignidad? ¿Cuánto de amor? ¿Cuánto de ansiedad?
¿Cuánto vale el amor? ¿Cuánto vale la ansiedad? …
Y un rayo no cae nunca en el mismo lugar, dos veces.[iii] La tenacidad de abril, las puertas del otoño y la mía es solo una historia más. Solo sé que alguna vez me sentí especial.

Plegaria escéptica casi atea:
yo creo que tiene algo que ver con sentirse crecer en un mundo creado por dos. De desligarse de una forma de vínculo que puede hacernos sentir demasiado solos y no logramos felicidad romántica. Creo que, la relatividad emocional a veces nos quiere robar la utopía y los sueños, con una idea absurda de absoluta libertad individual indiferente, a-moral,  a-ética y siempre ajena, y no enfocarla como el acto de decidir e intentar ser soberano de uno mismo en su decisión. Prefiero sostener que al fin y al cabo son tan reales el desengaño como el amor. Solo existe una gran desproporción.”




[i] Guasones, en “Toro Rojo”, 100 Años Más.
[ii] Parafraseo de “Welcome to the callejón”, Enrique Bunbury, en el: “El tiempo de las cerezas”.
[iii] Andrés Calamaro, Una Bomba, en: “Honestidad brutal”.