Inclinó su cabeza ante la causa; y recibió guillotina y no la bendición de la espada. Las expectativas que lo llevaron a entregar su mente y su cuerpo se desvanecen ante la soberbia y el deseo incontrolado de poder. El soldado buscaba honor, buscaba ser una mancha dentro de la huella de la historia. El soldado lo han convertido en plomo.
Al soldado ya no lo conmueve nada, el metal no
siente, solo se derrite ante el fuego. Ante la química reacción de combustión. Cambia
de estado, pero nunca de condición, el metal no piensa, el plomo no siente, el
soldadito tiene las dos piernas, pero vacío todo aquello que se encuentra al
sur de su gorra y al norte de su cinturón.
Lo ví perdiendo de a
uno sus sueños,
Lo ví con una herida
en el pecho.
El soldado no tiene
piel,
Es soldado es de
plomo;
Ha perdido la carne,
El espíritu.
Ya no siente los
abrazos,
El metal no tiene
nervios,
Sus labios no
interpretan besos,
No maneja emociones,
No trata con
sentimientos.
No siente pena ni
piedad,
Sin embargo,
El soldado no quería
matar,
Pero lo asesinaron en
metal.
Un artesano traidor,
Comenzó a plastificar
las flores,
A mandar besos por
celular.
No importaba donde
estuviera,
La única distancia
inabordable,
Era la de su corazón
y su arte.
El soldado ya no
siente,
El soldado ya no
cree,
El soldado es
soldado,
Y al ser de plomo ya
no es humano.
Festeja su general,
Entre sangre de
sueños, esperanzas y alquimias.
Festeja y ríe en su
psicopatía cínica,
Obeso e inmundo en su
hedonismo egoísta,
Perverso con rabia y
sarna en su risa.
El general hace
tiempo que ha muerto,
Aunque respire y en
apariencia tenga vida.
El molde de la muerte
y la mentira.
Solo ansiedad, sed y
envidia.
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