Con un simple botón puedes borrar
ese sonido electrónico, acorralado en los propios límites del artificio
virtual.
Las dimensiones de la existencia.
Tipos de.
Sin embargo a una voz para
callarla, hay que matar o tener la sangre lo suficientemente congelada como
para mantener el pulso y cortarle la garganta.
Mi corazón no nació mudo, ni
asesino, a veces las flores se cortan y en otras las raíces se arrancan.
Más allá del placer y el dolor,
es sentir como luces se apagan,
Otra vez el corazón macha a ritmo
de luto,
Y el único destino posible es el
presente.
Otra vez vagando en este
laberinto en crucigrama,
¡Y que suene una vez más, esa triste
melodía fúnebre!
Que se torne sólida una lágrima
antes de tocar el suelo al caer.
Un neceser que viste un traje con
alambres de púas, se mueve armado indiferente y gris.
“A robar aprendí cuando me
robaron”[i]
va tarareando y ningún valor o sentido vino a socorrerlo.
“Welcome to the callejón moderno
sin salida, welcome de aquí nadie sale con vida. Welcome”[ii]
La mortalidad corta con su lengua
a veces el pasado y a veces el futuro. ¿Quién eres? ¿Dónde estás? ¿Quién
fuiste? ¿Serás?
¿Cuánto hay de basura? ¿Cuánto de
trauma? ¿Cuánto de nafta? ¿Cuántas huelen a naftalina? ¿Cuánto de orgullo?
¿Cuánto de dignidad? ¿Cuánto de amor? ¿Cuánto de ansiedad?
¿Cuánto vale el amor? ¿Cuánto
vale la ansiedad? …
Y un rayo no cae nunca en el
mismo lugar, dos veces.[iii]
La tenacidad de abril, las puertas del otoño y la mía es solo una historia más.
Solo sé que alguna vez me sentí especial.
Plegaria escéptica casi atea:
“yo creo que tiene algo que ver con sentirse crecer en un mundo creado
por dos. De desligarse de una forma de vínculo que puede hacernos sentir demasiado
solos y no logramos felicidad romántica. Creo que, la relatividad emocional a
veces nos quiere robar la utopía y los sueños, con una idea absurda de absoluta
libertad individual indiferente, a-moral, a-ética y siempre ajena, y no enfocarla como
el acto de decidir e intentar ser soberano de uno mismo en su decisión.
Prefiero sostener que al fin y al cabo son tan reales el desengaño como el
amor. Solo existe una gran desproporción.”
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