En un principio los celos eran inocentes,
como los de un niño que quiere,
tener lo que mas desea,
frente a frente.
Con el tiempo fue perdiendo sentido,
fue transformándose de deseo
a necesidad de cegarme,
pues ya no me interesa saber,
porque temo y me aflijo,
ante lo que podrías hacer,
y decir, cuando no estás conmigo...
Lo que ocurre es que ya no confío,
y no veo razones para dejar de hacerlo...