Hace tiempo
que precisaba hablarte de esta manera.
Advertirte que,
en cuanto a promesas,
no he encontrado ninguna;
en cuanto a certezas,
puedo asegurarte que existe
algún sitio donde Goliat,
también llora.
Y en cualquier momento,
la neutralidad,
explota;
en el punto exacto,
donde las distancias,
se agotan.
Una vez me dí cuenta
que había quienes
me hicieron creer poeta,
y quienes permitieron,
que me acercase a la meta.
Y a partir de allí descubrí;
que siempre existe un secreto
en la luna llena;
y siempre ocurre algo,
cuando dos,
se piensan.
Hay algo demasiado lento
y tibio en el calor;
cuando el silencio crece lo suficiente,
como para alimentar una osadía
quizás imprudente;
pero más honesta,
con mi interés de encontrarnos.
...¡pues, se descontrolan las letras!...
los versos se animan a los ojos
y se confiesan.
Acallando la punzante ansiedad
en la templada melodía;
de brújulas y relojes.
No tendré rodeos,
pues creo;
que siempre hay romance,
cuando dos,
se inventan.
Que la casualidad
nos secuestre,
en horas robadas de tu agenda;
o cuando tu almanaque,
se equivoque.