Nega
Ella no quiere que la extrañe,
aunque lo disfruta;
ella no quiere que la desee,
aunque me seduzca.
A ella no le daña mi indiferencia,
aunque me llame;
ella no necesita mi cariño,
aunque me abrace.
Ella no quiere pensarme,
pero me piensa;
ella no quiere complacerme,
aunque me tienta.
A ella le aburre respetarme,
pero observa y observa;
ella no me necesita,
por eso no arriesga.
...A ella no le gusto de suficiente manera...
Ella puede tenerme,
pero jamás saborearme;
ella puede mojarse,
aunque no ya, enamorarse.
A ella puedo gustarle,
aunque no dejará de temerme.
Ella puede necesitarme,
aunque no dejará de ignorarme.
...Ella precisa de mi presencia
aunque no permita que la conmueva.
Ella puede masticarme,
pues no ya, tragarme.
Ella puede balbucearme,
pero no ya, pronunciarse.
Ella no va a marcharse,
aunque no se involucre;
ella gusta de renunciarme,
mientras ni intenta quererme;
ella disfruta de callarse,
cuando logra estremecerme.
Eva
No hay vicio entre nosotros
más que nosotros mismos.
Y despierto a las 5:45AM,
para escribirte;
como sí la pesadilla no pudiera contenerse
en el ámbito de mis sueños.
Y despierto a las 5:45AM,
para escribirte;
como si la poesía
fuera a exorcizarme;
O como sí la literatura,
te supurase.
Y despierto a las 5:45AM,
para escribirte,
como sí acariciarte con letras
lograra saciarme;
como sí esta plegaria solitaria,
te quitara de mi sangre.
Eh aquí mi deseo inconfesable:
darte este poco de belleza,
para que se quite lo cobarde.
Xión
Un hombre,
ya no tan bueno;
¿Podrá ser persuadido mil veces más por la misma mujer?
Y solo escuche:
"Un hombre dormido envuelto en papel de fumar me dijo - no preguntes de más".1
1. Enrique Bunbury. "En el amlambre". Los chulis.
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