El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

martes, 11 de diciembre de 2012

Una sirena sonríe sobre el llano de la mar. / Agustina Sosa - Noviembre 2012




Una sirena sonríe,
Sobre el llano de la mar,
Tiene una estrella en su pelo,
En su mano un coral;
Parece sonreír en secreto,
Porque quiere completar,
Un cuaderno,
El cual escribe,
Con palabritas de sal.

Si la sirena se duerme,
Se duerme sobre un costal,
Que han tejido en cintas verdes,
La viejecitas del mar.
Que le han contado una historia,
De un pirata principal.
Que no pueden olvidar.
Porque ni bien la terminan,
Ya la vuelven a empezar.

Una sirena sonríe sobre el llano de la mar…


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Códigos de barra en las muñecas, muchos precios y ningún valor, muere un inocente en la escena de amor / Umiel - Noviembre 2012




Dos muñecas con códigos de barras,
Números que desconoces en la piel de tu nuca,
Te mueven por allí, te mueven por allá,
Tienes diferentes precios y ningún valor.
Un láser apunta tu frente,
En una cruz roja donde se encontró tu destino y el terror,

La poesía contrabandeando un destornillador,
Me iré de casa,
Solo conmigo, mi bolsillo y un encendedor.
Mirando alrededor,
Si ileso me acompaña con solo eso,
La gloria dirá chau,
Se acrecentará el rencor del fracaso.
Pensándolo bien,
Seria lo mejor,
En todos los casos.

El huracán que destruye los pétalos de la flor del sueño en pleno silencio.
(Por favor bajen la voz y suban la atención, que me costó mucho dormirla)
El hombre prendiéndose fuego entre papeles y pasto.
El ensueño de una risa nacarada obligada con un arma que apunta a sus espaldas,
La flor que se marchita,
En una desconfianza rancia.

Factores se confunden con actores,
Todo es posible mientras la sal en boxees se sala.
El ritual que no conoce mejor combustible que lo sagrado,
Mientras las dudas inundan el camino de certezas,
Tu cabello que huele a  cereza,
Y en la frente el sello que sella el rojo destino de un tirador franco.
Los dedos que dejan las marcas de cuando te apuntaron,
Las cicatrices y las marcas de la injusticia sin presente y sin pasado.
La simple e indiscutible tragedia,
De un inocente muriendo en la escena…
De amor…

El ave que perece en el segundo aleteo,
Al huir de la prisión,
Los ojos más bellos se quedan ciegos,
La tortuga longeva que se perdió,
En el laberinto de su caparazón.

El sabor se corta la lengua,
Lamiendo la vagina de Medusa,
Úlcera en las piernas,
La sangre derrama almidón,
El crimen felpudito con suavizante de algas de mar,
Las sábanas tajeadas,
El semen convertido en piedra,
Las sonrisas dibujadas en el arte de engañar,
El rostro de la tristeza en el espejo que refleja unos ojos bailar,
Las momias de la descendencia que ni en fantasía existirán,
El café frío,
Se dispara bla bla bla desde la pantalla,
Acallo mis lágrimas con basura y nicotina,
Inactividad, soledad y marihuana,
Aleja tus manos de mí,
Que intento no sentir nada,
No, no sentir nada.
Nada de nada.

El huracán que destruye los pétalos de la flor del sueño en pleno silencio.
- Por favor bajen la voz y suban la atención, que me costó mucho dormirla,
Ahora podemos matarla.-
El hombre prendiéndose fuego entre papeles y pasto.
El ensueño de una risa nacarada obligada con un arma que apunta a sus espaldas,
La flor que se marchita,
En una desconfianza rancia.

El ensueño de una risa nacarada obligada con un arma que apunta a sus espaldas,
Convirtió en líquido el rebaño,
...Pintora del futuro y del pasado...
Dibuja los relojes de Dalí en la tela del arte del engaño...

Un segundo ateo,
Una mortalidad escéptica,
La mortalidad dejó una nota en los besos,
(Que huele a bosta), pegada en el espejo,
Comiendo mierda de las manos,
De una serpiente con aguijón y aros.

Intento no sentir nada.
No, no sentir nada…

No me llorarás a mí,
Llorarás lo que llegaste a ser conmigo,
La foto más egoísta en la tumba,
Como hipocresía protocolar típico de epitafios,
De humanos que mueren solos.
Y es algo, algo tan igual a la anda,
Pierdo en la resta,
En la pulseada y en la balanza.
Y se que no podrás hacer nada,
No, nada de nada.

“En honor al recuerdo de un gran hombre”,
Anuncian las letras tatuadas en el cemento de la lápida,
Las flores que aromatizan la imagen,
Del dolo sin gracia,
Culpable o no la sentencia ignora la fragancia,
El anonimato es doctrina y religión de la desconfianza.
Las manos sobre la Biblia,
¿Dónde está la corona de espinas?
Juro por Dios, juro por Dios,
Pronuncian los acusados y las víctimas,
Pocos dejamos la fe,
Debajo de la alfombra del karma empirista,
Juro por mí y por el derecho,
Que seré juzgado por lo que eh y no eh hecho,
En aquellas sacralizadas miradas.
La ética vende la virginidad de sus venas a mis espaldas.

(Lágrima)
Mucho más que nada,
Nada de nada.
Sal en mi rostro y ese rayo de sol,
La tragicomedia descarnada,
De una pluma sobre la almohada húmeda de ron.
Los pies cortados,
Con le vidrio de botellas rotas.
(Lágrima)
Mucho más que anda,
Nada de nada.
La tragicomedia descarnada,
De un inocente muriendo en la escena…
De amor…


El huracán que destruye los pétalos de la flor del sueño en pleno silencio.
(Por favor bajen la voz y suban la atención, que me costó mucho dormirla,
Ahora podemos matarla)
El hombre prendiéndose fuego entre papeles y pasto.
El ensueño de una risa nacarada obligada con un arma que apunta a sus espaldas,
La flor que se marchita,
En una desconfianza rancia.
(Lágrima)
Mucho más que nada,
Nada de nada.

...Pensándolo bien,
Seria lo mejor,
En todos los casos...


Dos muñecas con códigos de barras,
Números que desconoces en la piel de tu nuca,
Te mueven por allí, te mueven por allá,
Tienes diferentes precios y ningún valor.

La poesía contrabandeando un destornillador,
Me iré de casa,
Solo conmigo, mi bolsillo y un encendedor.

Aquel hombre explotó en cada pitada que fumó.
El viaja en la niebla nocturna de los cementerios,
Él se tomó demasiado en serio,
Él se tomó demasiado en serio...
Él se tomó demasiado en serio...
¡Click! interrumpe el encendedor...


Pensándolo bien,
Seria lo mejor,
En todos los casos.
Que ver a un inocente muriendo,
En la escena de amor…



jueves, 18 de octubre de 2012

El mounstro, para el cual no era una pavada. / Umiel – Octubre 2012

















En el vaivén,
Se resbala contra su voluntad,
Entre el amor, el rencor y la indiferencia más cruel.

Jura por todos sus santos paganos,
Sentirme en su piel…
Por momentos se acaricia,
Se masturba y otras sueña,
Con arrancársela de una sola vez.

Se va, se queda y regresa,
En los confines remotos de su cabeza,
Entre el dolor y la alegría,
Resignación y esperanza,
Sin equilibrio ni balanza,
Caza las mariposas de mi vientre.
Se cocina a baño maría,
En mi frente,
Afiebrada,
Mientras hace piruetas y malabares
En mis entrañas.

Me voy de aquí,
Ya no puedo amarte,
Ya no puedo amar,
No tengo corazón,
Lo destruiste irresponsablemente,
Como un niño,
Sin capacidad de previsión,
El amor se te cae de las manos,
Se destruye contra el suelo del sin razón,
Me convierto en solo un cuerpo
Dotado de razón,
Me encuentro muerto o en su defecto,
Soy un androide o un robot.

Los lagrimales se llenaron de arena.
Y la sangre huérfana se seca,
Desencantada en las venas negras,
De brazos azules sin ánimo ni abstinencia,
Sin pasión y sin vergüenza,
Gelatina sin gusto, agua y pasto sobre la mesa,
Los pedazos emparchados,
Los dedos ensamblados,
Por trabajo infantil y esclavo,
En una fabrica ilegal de Taiwán.
Cicatrices, insomnio y cruces,
Testimonios, cárceles y caracoles,
Pesticidas, cucarachas y un té con limón,
Una parafilia se seca al sol,
Bañada de sal y cerveza,
Un vómito en la maseta,
Una mosca y una fresa.

Un suicidado ojo se pudre,
Un revolver veintidós
Se mese en su semblante,
El contorno de una figura
Que muestra la ausencia en esa presencia,
En esos restos vacíos,
De puro músculo y la aquiescencia,
De un verdugo alado,
Un gorrión traumado,
Hecho alcohol y fuego de mano,
El fósforo sublime,
Lo borro de aquel cuadro…

Como un muerto que aún vive,
Como mounstro inasible,
Me miro y me extraño,
Al no sentir nada en ningún lado,
El no ser asequible,
Ningún gesto humano.
Como ranas, insectos y basura,
Vomito rosas, poemas y ternura,
Sudo perfume luego de bañarme en al barro,
Asesino personas de noche,
Y torturo perros y gatos.
Cago estrellas y serpientes,
Tal cual me han programado,
Sigo con sangre y arterias entre los dientes,
Por haberme devorado,
Los restos del corazón,
De tus manos,
Y me escupías el rostro
Luego de destrozarlo…


martes, 9 de octubre de 2012

La ropa que envejecerá a partir de hoy. / Umiel - Octubre 2012


Y la situación me obliga a dormir en este colchón,
Mientras se convierte en espinas y me encuentro cayendo desmayado.
Otra vez lágrimas sobre la almohada,
Cada vez más saladas,
Cada vez con más dolor.
Nunca creí que fueran tan dulces,
Nunca, nunca, nunca…
Juro que no…

El filo de las amapolas de Alelí…
Rebotando en las esquinas de la taza que perfuma…
Nadan en el agua hirviendo y se consumen en aroma,
Mis pulmones la esperan, ríen y lloran…

La intensidad de la amargura que deja la dulzura cuando se va.
Esas lágrimas me ahogan en el grito cerrado de una garganta que se ahorcó…
No alcancé a encontrar las palabras, se diluyeron en los dedos de mi lengua,
La sopa de letras se derramó,
Con moscas que nadaban como sirenas de la tentación,
De dejar un poco de fantasía en mi mundo,
Y darle más tiempo a la falsa esperanza,
Para que manipule mi corazón.
La naftalina de ilusión,
Que dejo entre la ropa,
Que envejecerá a partir de hoy.

Lameré las piedras que golpean mis espaldas,
Y le haré un agujero al bote en el que naufrago hoy.

Solo te pido que no vengas con las fotos de tus besos,
En recuerdos de rouge que manchan la memoria del pañuelo,
Que agitas mientras me voy…

Me voy a pescar a la muerte,
Sabiendo que la suerte,
Es solo un mito o ya se extinguió.

Pero dejaré escrito en una pared este poema,
Para que el mundo sepa,
Que existió un hombre que te amó.
Que te amó más de lo que quisiera
Con intensidad, indecencia,
Locura, fuego y pasión.
Y si es cierto que el arte está en todas partes,
Quizás me recuerdes en el viento,
En una melodía,
En una rosa,
O en el eco, del latir de tu corazón...

jueves, 30 de agosto de 2012

Ojos al cuadrado. Umiel / Agosto - 2012





Y de repente dos ojos encimados pero sin tocarse, hacían de actores de la obra teatral: “El baile de la tierra con la luna”.
En la esquina pasaba reflexiva y a la vez convencida la existencia manchando a la nada de una manera intensa y con un movimiento de bruma de una playa cuyo mar se componía de Mouse de chocolate. Los delfines de cristal merodeaban el centro de la laguna, cuando decidían dejar de volar y bajar a refrescarse. Cuando la fantasía se moja los pies en verano mientras pescaba semillas con una tanza de plata atada al pincel que le regaló un sastre. Luego las enterraba en tierra de lana, y las regaba con rayitos de sol todas las madrugadas, para que les crezcan la risa y las piernas dejándola que se vaya corriendo a jugar con su vida. (De todas maneras siempre pasa cada tanto a saludar)
Es la vida de los girasoles, la de vivir como la luna, siguiendo a la tierra aunque ella nunca dejará de seguir, a esa estrella, que con sumo encanto y belleza generó la fuerza; aquella fuerza que hace latir el corazón, la energía instintiva que se revoluciona a sí misma y ya enamorada se convierte en pasión. Aquella primavera en la que descubres que las flores comenzaron a tener mas aroma que en los días en que vacaciona el calor. El despertar de los sentidos que creían haber vivido mucho con ser apenas embrión.
 La meditación quedó embarazada, y en algunas mentes las letras son tan putas y promiscuas, que no paran de parir palabras y de poblar las neuronas de ideas. Dejé el alter ego en un cajón y me puse la remera del martillo y de la hoz El placer entre cánticos rojos y amarillos, como un conciente proletario comenzó su revolución. Explotaron los globos de las carencias llenado mi panza de mariposas que en su aletear le regala a la piel la templanza de una sensación de calidez. Jugar con un poco de filosofía que le compre al artesano del puesto posmoderno en la feria del arco iris. Así sentado en el sillón viajero, con una copa de vino tinto y una pipa, chocolate amargo y licor de nuez. El gusto en mis labios del último beso que me acabas de dar, untado del recuerdo de tus caricias en las dos caras internas del pan; el deseo caníbal ansioso y melancólico se comenzó a devorar. Es cuando el fuego se transforma el verbo. La sincronía de un cuerpo, una mente y un corazón. La eternidad del universo que solo es necesario a sí mismo, y la existencia que no saciada de declararse vencedora ante la nada, nos solo dio inanimados y animados, si no que dio una cargada de sensibilidad y razón. Sigamos hablando de esa palabra de cuatro letras que aparece cuando se miran nuestros ojos y comienza la conexión.
Mi gran susceptibilidad a la belleza de las canciones, el grito eufórico de un primerizo “dale campeón”. Tengo la trascendentalidad poética guardada en una caja de fetiches en el armario de mi pieza. Tengo adiós muerto y enterrado en el fondo de mi casa. Con Friedrich construyendo sobre su tumba una parrilla de brillantez y baba. Karlitos y Vladimir Ilich invitaron a una amiga. La ciencia viene el sábado a la noche a fumar esperanza y comer un asado de certezas. Y mejor me tomo la aspirina antes que me empiece a doler la cabeza. Siento mi prosa muy espesa y con una infantilidad sutil que marea.

viernes, 27 de abril de 2012

El hombre que pide un requiem por si mismo en el funeral de Dios. / Umiel - Mayo 2012



Nos conocimos en la luna,
Casi de casualidad,
Brindamos por tus botas,
Y pedimos un trago más.
Nos deslizamos,
En la estela de un caracol,
Mientras Odiseo,
Cortejaba al sol.

Dalí nos quiso llevar,
A los dos a pintar,
Ciertos relojes,
Minados de inestabilidad…
Le dijimos la próxima puede ser,
Tenemos cita con Shakespeare,
A la diez en el paraíso
En el Atlántida Hotel…

Una isla flotando en el aire,
Como un candelabro,
Colgando de Plutón.
Bajan de a una las estrellas,
Cantando la Marsellesa,
Vestidas para la ocasión.

Bosteza la ansiedad,
Mientras desayuno formol.
Michel ya no bailaba,
Elvis bajo la voz.

Y la suave brisa,
Cruel tormento,
De un deseo,
Que aun no se dio.

De mi garganta,
Asomaba la verdad,
Pronuncié las palabras,
Queriéndome arrodillar.
Una sonrisa falsa,
Una  piel que empalideció,
Al oír que Ella,
Ella dijo que no.
El costo de vivir,
Al filo del calor.
Se derrite el David,
Y el piano de Beethoven desafinó...

Doy un paso al abismo
Al creer en la fe del error,
Y te pido de nuevo,
- Perdón, por favor repítelo…
Intento rehacerlo,
Agrego: no te escuche.
Me quiebra los dedos,
Y me destruyo en mis pies…

El David quedo desecho…
La Octava sinfonía es un bosquejo,
De un sordo que falló…
Por la simple torpeza,
De pisar la cáscara de un reloj.

Solo queda un río seco,
Un espejo, sin reflejo,
El vencedor
Se rasga los pies,
Al volver vencido entre vidrios de hiel.

Las manos de Donatello no paran de sangrar,
Y desde un piso diez,
Un piano se suicidó…
Son las neuronas, las deformes notas,
Corrompidas por el dolor…

Esa sangre está triste,
Y llena de sed,
Ese hombre esta herido,
En la cima de la torre de Babel.
Cruzó un monte de noche,
Envuelto en miel,
Mientras moscas gigantes,
Se disputan su piel…

El bebe y bebe y piensa que pudo ver al sol,
Miró a los ojos a Medusa,
Y convertido en piedra,
Fabricó mariposas con el corazón.
Vino el joven manos de tijera,
Y le abrió el vientre en dos,
Mientras Jack Sparrow penetraba a Marilyn Monroe.

Y un tipo así,
No se va a defender,
Pon una pistola en el vaso,
Que me muero de sed…
Se tiró a las aguas más solo,
Que Robinson Crusoe,
Asesinó a Wilson,
Que de más preguntó…
Y cada día recuerda,
Con una cruel fidelidad,
El momento en que ella,
Le dijo que no,
Cuando se destruyó,
Sobre sus pies,
Cansados y cortados…

Sobre los restos del desnudo aquel,
Las notas rotas de una canción que no fue,
Sobre un suelo de tierra comienza a llover,
El arte con sensación de vacío, ya no pudo mirar
Y hecho a correr…


Al rearmarse después del impacto,
Lo hizo mal, al parecer;
Le falta un ojo, cojea al caminar,
Y se olvida que se siente correr,
El dulce ya no sabe igual,
Solo el alcohol le sacia la sed,
Su pulso no deja de temblar,
Y su corazón nuca volvió a funcionar bien…

Porque la mitad se perdió,
Aquella vez,
Lo recuerda muy bien,
El día que ella dijo no,
El día que se destruyó
Completo en sus pies…

Requiem,
En el funeral de Dios...


martes, 24 de abril de 2012

Cuando te rasga la piel una pluma al caer. Y su sonido te aturde. / Umiel - Abril 2012



Cuando te rasga la piel,
El aire que mueve,
Una pluma al caer.

Parecido a cuando me duele,
El cuerpo,
Luego que me abraces.

Un ángel mecido en una nube
De papel de armar,
Y sin avisar la tempestad,
Arrimo al arpa haciéndola desafinar,
Y descubro que los momentos crueles
También aparecen sin avisar.

Cuando me olvido que el ímpetu posesivo,
No es mezquino ni esta mal,
Solo querías, luego del tequila,
Morder el limón una vez más.

Cuando se quiebran tus oídos,
Con el crujido,
De una hoja seca al romper.

Cuando del algodón,
Su tersura miel,
Me impacta al hacerme erizar.

Cuando me olvido que el ímpetu amoroso,
Es ternura y bondad,
Solo querías, luego del tequila,
Morder el limón una vez más.

Un marinero victima del mareo,
Vomita en su barco de cristal,
Y sin avisar el mal azar,
Pasa por un puerto y lo destina a naufragar,
Y descubro los que malos momentos,
Son culpa mía y en parte de los demás.


Cuando se quiebran tus oídos,
Con el crujido,
De una hoja que acabas de pisar.

Cuando te rasga la piel,
Las plumas del ángel aquel,
Que solo te vino a cuidar.

Y descubro que los momentos crueles
Aparecen, también, sin avisar.

Y solo querías, luego del tequila,
Morder el limón una vez más,
Y me embriague y en puro marear,
Vomité en su barco de cristal,

Y descubro que los momentos crueles,
Son culpa mía y en parte de los demás.

Solo hace falta, sabernos leer...
Solo hace falta, sabernos leer...
Solo hace falta, sabernos leer...


El poema que siempre quise escribir sobre nosotros dos. / Umiel - Abril 2012



¿Quién dibujo mi corazón,
En alguna hoja seca,
Que en un viento de otoño,
Se quebró?
Y dejaron,
A los pedazos esparcidos,
Atados a los caprichos,
De ese viento que se los llevó…

Y va bailando al ritmo azaroso del amor…

Y va quebrado por ahí,
Atado a la esperanza,
Que el tiempo lo agarrara,
Y lo haga llegar,
Hasta el sol de la primavera.

Solo queda resistir un poco de frío…

Esperanza,
Esa vieja costumbre,
De echar leña a la lumbre,
De creer poder llegar al sol,
Aunque sea en un dibujo,
En un papel,
Trazado por vos…

Me regalaste unos colores,
Y como dos niños con crayones,
Empezamos a hacer arte de dos,
Y con una belleza tan aguda,
Que no hubo duda alguna,
Que solos no,
Solos no,
Nunca podríamos hacerlo mejor…

Ya es agosto,
Y mi esperanza no murió,
Y ese rocío cristalino,
Ese prisma líquido del sol,
Me asegura,
Que la primavera se acerco…

Y cuentan que a un hombre fue,
Un pequeño gorrión,
Color miel y marrón,
Con su piquito,
Y de uno a la vez,
A los pedacitos,
Los unió…

Pero en el camino,
Conoció a otros pedacitos,
De otro corazón.
Y que si nos unimos,
Quizás lleguemos,
Juntos hasta el sol…

Como dos niños,
Que hacen arte de a dos…

Solo un poquito,
De inocencia para hallar el ánimo,
Que la vida nos dio,
En un descuido,
De la balanza del dolor.

Que se encuentra en demasía minada de montañas, precipicios y ríos…

Y al volar a prendimos a bailar,
Al caminar cantando delirios,
Y nadando en delfines de cristal…
Niños,
Seremos como dos niños,
Que se divierten,
Pintando de un bello amarillo,
Un dibujo del sol…
Y en el centro un corazón,
Con alas de gorrión,
Emprendiendo vuelo,
Hacia el sol…


lunes, 2 de abril de 2012

No busques amarte a través de mi. / Umiel - Abril 2012



No busques amarte a través de mí,
Disfruta de aquello que no esperabas para ti,
Pero no encierres en tus traumas,
Los orígenes de las condiciones,
Necesarias para los amores.

Me amas tanto,
Que solo quieres odiarme,
Te gusto tanto,
Que solo quieres matarme.
Y amor, aquí no hay una guerra,
Así que no hay derrota ni victoria,
Pero las vidas perdidas en cada batalla,
No volverán con la paz y con las rosas.

Eres la esposa,
Que quiere divorciarse en su noche de bodas.
Y disfrutas de las inestabilidades de tus emociones,
Con la sangre en la boca.
Si preciosa, ya he acabado;
Ahora, después del orgasmo,
Mátame…

Pero…
Te pido disculpas amor, pero aún no he logrado,
Aprender a dejarme vencer,
Solo recuerda que hay miradas,
Que solo se pueden ver una vez.

Disculpa amor,
Pero si te vas no voy a suicidarme,
Porque tengo un corazón,
Aunque no lo creas, muy, muy grande.
Pues no hay jaque mate si se trata de delirios,
Aunque llore mientras voy a decirlo:
Valgo más que cada una de tus desconsideraciones.

No me hace falta un corazón conflictivo,
Para tener emociones intensas,
Ni creo que el amor sea,
Solo besarse como se besan,
Los jóvenes excitados en la adolescencia.
Simplemente una mirada puede,
Dejarme totalmente enamorado,
Y un simple paranoiquismo,
Destruir los cimientos de todo lo logrado.
De todo esto,
De tanto…

Así que,
Si no sabes amarme,
No trates de amarte a través de mí,
Deja de lastimarme,
Vete,
O quiéreme así.



Como una rosa ansiosa, que se prende fuego... / Umiel - Abril 2012



Como una rosa ansiosa,
Que se prende fuego,
Y se lanza contra el filo de unas rocas.
Y en su caída unos cabellos se hacen seda,
Y sus pétalos mariposas.

Entre los cuervos que se suicidan en la mañana,
Esa flor no se mata,
Solo vive y muere de una forma apresurada.
En su caída su salpique se transforma en pez pájaro,
Que baila en su cuerpo de plumas y escamas.
Danza en el cosmos como una revelación en el oráculo,
Cuando emerge a respirar se convierte en hada.

A veces es la azúcar de sus traumas sabáticos,
Y es la lengua pervertida de los feriados
En la censura de sus deseos más esclavos.
Es un ángel entregado a la saliva del placer digno,
De una boca apasionada y mágica,
De un amor divino y mundano.

Es la existencia viva disfrutando de su vida,
Los bellos erizados en derretimiento,
De una manos con semillas.

Somos la combustión en letargo,
Somos la arena penetrada por el mar,
En sus túneles subterráneos.

Tú eres ese ser maravilloso,
Que nada en ese mar con sus alas,
Mientras las ballenas y delfines,
Cantan y saltan.
En el encuentro con sirenas,
Cuando los piratas beben y bailan.

Somos el placer hecho canción,
Y los orgasmos recordados,
Somos el éter en la composición,
Y la picardía de mirarnos mientras tarareamos.

Somos un lugarcito nuevo,
Un segundo de más en la frontera del tiempo y del espacio.
La diferencia crucial,
Entre la existencia viva y los objetos inanimados.
No somos una hoja flotando azarosamente en el viento,
Somos los creadores reales y fácticos,
De nuestro mundo idealizado.

Somos la vida que atenta contra la muerte,
Somos la vida de los que vivimos nadando,
Saltando,
Bebiendo y fumando,
Bailando,
Entre orgasmos.



Aún distintos a los esclavos y encadenados / Umiel - Abril 2012



Dicen que en el amor cuando ha terminado,
Uno habrá perdido,
Otro habrá ganado;
Y que de allí dependen las coordenadas,
A corto plazo.
Solo vengo a complicarlos un poco,
Cuando un amor estancado,
Se define en la continua contradicción,
De un final empatado.
Es cuando con el tiempo,
Ni el sol se da porfiado.
Cuando nos ve como un ladrón,
Que corre,
Luego de tomar al viento con sus manos,
Cuando la verdad se define luego,
Luego del espectáculo,
En los diálogos sin árbitros.

Nos someteremos a ser actualizados,
Y confundiremos el amor,
Con el recuerdo de los bien que fornicamos,
Y sabremos que el antifaz,
Es el placer manipulando.
Nos besaremos igual,
Sabiendo que nos equivocamos,
La intensidad dio,
Resultado empatado.
Entre la valentía de querer,
Y la culpa de lograrlo…
Preparemos el jurado,
Para hablar de aquello,
Que aún no hemos hablado;
Perdamos el juicio,
Por no temer a vivir,
Como unos condenados.

Luego de matar a mi abogado,
Me sentí alivianado,
Me encerré en mi neceser,
Con petróleo en las manos
Cerraste la puerta de rejas,
Y nos fuimos volando.
Prisioneros aún,
Somos distintos a los esclavos
Y encadenados.


sábado, 24 de marzo de 2012

El tiempo se duerme, se detiene, cae y los días no mueren. / Umiel - Marzo 2012



Es cuando el tiempo se duerme,
Cuando el reloj se detiene,
Cuando los segundos caen,
Y los minutos no crecen;
El ocaso de las horas,
Días que nunca mueren.

Es cuando preguntas que pasa,
Y yo respondo que nada,
Que a veces me pongo a volar…
A veces me encuentro a mi mismo en punto fijo,
A veces no me aflijo,
Al perderme en mi mismo.

Suena el gong del intervalo,
Con la suavidad de un labio aterciopelado…
Con la tranquilidad de un remo mojado,
Con la disciplina de un soldado,
Con la convicción de un caracol,
Que disfruta de cada centímetro al que ha llegado…
Como un corazón contento,
Con cada latido en que latió;
Como un ron batido con tus pestañas,
Con una pizca de sal y mucho calor…

Unas manos artesanales que piensan en diversión,
Quédate tranquilo que todo lo que llevo,
Está bien llevado,
Y si vuelvo más liviano,
Es porque mi voluntad allí los dejó….

Traficando traumas y recuerdos muertos,
En la frontera de la conciencia y el olvido,
De la conexión y lo prohibido,
Los avatares de la comunicación,
Que se funde en la división,
De lo que es tuyo de mí,
Y lo de mí que es mío…