El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

lunes, 23 de mayo de 2016

Pasteles de aire, saches de humo. / Umiel - Mayo 2016

Abandonó la sonrisa débil en la primera confusión. Tiñó de histeria cada palabra que pronunció; y las pronunció con violencia, las lanzó como piedras; y derribó cada paloma que volaba cerca de los dos.
Nunca me regaló su orgasmo, ni su confianza y exige pruebas de amor…
Las voces de una dictadura se apoderan de su voz…
Se convirtió en mi esposa sin consultarme, y mostró un látigo lleno de culpas reclamando que pidiera perdón. Un muñeco Vudú de sus fantasmas, el blanco del ataque de su ansia, pero sin deseo, no señor; sin deseo ni pasión.
Pero siempre víctima, lava sus culpas, desde esa posición,
Como lava dinero Mauricio Macri en Panamá, con cuentas off shore.

Comprendo que de lo vivido,
Dejar que siga ocurriendo es el único error,
Cuando sus besos no tienen,
Sabor a pecado, ni a Dios.

Cuando la culpa entibia y estanca,
A una adolescente de treinta,
Ni puta,
Ni santa.
Suave como una almohada de algodón,
Seca como una almohada de algodón.
Seco y pobre como un domingo de reclamos y arroz,
Arroz con pajaritos para un amor mendigo,
Que agradeció la limosna y se marchó.

Si no entiendes estas palabras puedes buscar una explicación,
Allí donde brilla la ausencia de tu sentido del humor.
En el gemido mudo de un orgasmo que no se escuchó,
Por no haber ocurrido nunca, mientras yo me esforzaba por darte amor;
Si buscas mi ternura y mi paciencia,
Las dejé junto a tu libido y tu pasión.

No te asustes…
…Sino las encuentras, yo también naufragué entre promesas incumplidas, en intentonas inconclusas; en un desierto de palabras que al fin y al cabo siempre dicen que no.
No te preocupes…
…Cuando fui en busca de tu iniciativa y excitación; me encontré triste y solo frente al espejo; y allí también descubrí la decepción.
No entres en mi casa,
Aunque lo necesite;
Y lo pida por favor.
Admití aficionarme a la autodestrucción;
Y tu rencor huele a pólvora, fantasmas y explosión.
Un hedor de facturas podridas y ajenas invade el aire,
En esta ocasión;
Desde que bajaste del ascensor y te acercas a mi puerta,
Corazón.

Reclamos de amor enfermizos de una adolescente de treinta, que ni un orgasmo regaló; para quién no entiende de igualdad e injusticia; lo aclaro: No soy tu juguete, ni tu patrón.
Es suave como una almohada de algodón,
Pero seca como una almohada de algodón…
Seco y pobre como un domingo de reclamos y arroz,
Arroz con pajaritos para un amor mendigo,
Que agradeció la limosna y se marchó.
Para quién no entiende, lo aclaro:
No soy tu juguete,

Ni tu patrón.