Evito pensar en nosotros,
Evito pensar en ti,
Pero aún en mi intención,
Más sincera e indiferente,
Se abre el dolor,
Aquí,
Intensamente…
Donde el corazón late,
Y el vacío duele,
Como un tajo abierto,
Mientras caminas en el desierto,
En la planta de cada pie.
Descalzo e indefenso,
Sufro en el silencio aquel…
Evito pensarnos,
Para no tener que luchar,
Con la presencia del desengaño,
Con el acoso de las ganas de llorar.
Que aparecen siempre que veo,
Como todo lo más bello,
Se transforma en un recuerdo
Y nada más.
La tiranía de los hechos,
La incredulidad a creer,
La incapacidad de cambiar.
Se detiene la irrigación lagrimal,
Sin poder convencer al gesto de pérdida,
Para ver sin problemas,
Como dejamos que se destruya nuestra realidad,
Sin mover un dedo, casi sin hablar.
La cara resignada de quién tuvo que soportar,
Ver a tu fortaleza tan endeble,
Como una pluma atrapada en un huracán.
Ver como esa esperanza tiene,
Un halo de corrupción,
Al intentar siempre resignar.
Los límites de la utopía,
Deberían ser las manos,
Debería ser la voluntad.
Resulta que vive borracho,
Hablando pavadas,
Prostituyendo sueños,
Y contrabandeando ganas.
Traficando ansiedad.
Mientras caminas en el desierto,
Una herida en la planta de cada pie.
Descalzo e indefenso,
Sufro en el silencio aquel…
Dejo un camino de sangre en la arena,
Que jamás nadie podrá ver,
Salvo que vengas lo suficientemente cerca,
Y lo encuentres antes,
Que el precipicio me tome de rehén,
Porque la muerte puede ser la única salida,
Ante tanta hambre y tanta sed…
Evito pensar en nosotros,
Evito pensar en ti,
Pero aún en mi intención,
Más sincera e indiferente,
Se abre el dolor,
Aquí,
Intensamente…
Imagen 1: http://jairaki.blogspot.com.ar/2011/08/me-rindo.html
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