El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

viernes, 12 de julio de 2013

Inocencia, irresponsabilidad, mortalidad y angustia. / Umiel - Julio 2013



Con la irresponsable inocencia, de quienes descubren en la vida, las prestaciones de la capacidad emocional humana, ellos, jóvenes y bellos, con tantas mañanas por delante, con tantos traumas cerrados por detrás, con su compañía mutua y un nuevo futuro, se adentran en la aventura de perderse en los desiertos y paraísos del amor conyugal, del amor de compañía y presencia. Primero se les presentó el más intenso enamoramiento, la pasión única, exquisita, la necesidad de estar juntos, la pulsión inmanejable, las ganas incuestionables, las iniciativas de procrear, de planear un futuro, de creer que hay algo más que desengaños en el mundo. Luego, el amor se quedó para acompañarlos. Este más espeso y duro, no tan brillante y creativo, fue goteando y en el remolino y avatares de los inexpertos; lo fueron destruyendo y torturando. Hoy pareciera, que padeciera una enfermedad terminal.
Ahí se posaban en una plaza, leían, se peleaban, hacían de su interés mutuo, la causa de su mal. Un hombre triste de unos 60 años observaba en ellos, algo, que le generaba la más dolorosa frustración, como un film que se repite como una fatalidad programada en esta civilización moderna, ver como un amor intenso, de esos que ya no existen, o solo existen una vez en la vida, se diluía en la inexperiencia de dos personas confundidas, solas y altaneras. Uno de los dos terminó levantándose y yéndose; el hombre que buscaba la compañía de las palomas y de gente desconocida, especialmente observaba la alegría espontánea de los infantes, pensaba: Y cuando de joven despreciaba el amor, y no quería admitir sus sentimientos, ni luchar por ellos, ni valorarlos como debía, ni hacer los mil y un intentos, bastó que ella se alejara para que la estupidez me clavara un cuchillo en el pecho.  Estas injusticias y fatalidades deben tener cura, sino la lucha no tendría sentido y el amor se perderá en la historia. Sin romanticismo no hay lucha, sin sed de cambio no hay resistencia. No podía ver esa tragedia y quedarme sentado, quieto en la más absurda paciencia…
Me acerque y le dije: te diré algo porque creo que lo suyo aún tiene arreglo:
Cuando joven despreciaba al amor, creía en mi orgullo. Hoy ya sin fe ni capullos, ya sin dudas, me quedo vacío al lado de un recuerdo suyo.
Recite de memoria a Rourke Boada:

¡Sí!
¡Adiós!
Tan sólo eso,
Y adiós te doy.
No es un adiós
Que signifique que
No volvamos hablarnos,
O no volvamos a mirarnos.
Mi adiós no es esa lejanía
De tiempo, o de distancia;
Ni la de llenar un vacío
Que deja una ausencia
Con otra presencia.
Mi adiós,
El adiós que te doy,
Es mucho más profundo,
Desgarrador y radical;
Es una interna lid
Con uno mismo
Para desarraigar
Un sentimiento;
Es descarnarse
Para llegar
Al hueso y
Apuñalar
Al recuerdo,
Y extraer
De la sangre
Su veneno.
Mi adiós,
El adiós que te doy,
Es mucho más profundo:
Es mi despedida a lo que
Dolorosamente eres
Dentro de mí.

Perder lo que tienen, sin hacer hasta lo imposible, deviene en una tristeza existencial, que solo te hundirá en la más intensa frustración, que te hará recordar cada noche sin excepción, cada mañana sin elección. Escribirás poesías a nadie, y los ojos que las lean, si fueran los de ella, tampoco le darían luz, para que con esa luz te mirara de nuevo, con ternura y entereza. No sufran en soledad, luchen juntos en las malas, sean uno en el peor momento, que si no morirán en el veneno de la manzana. El amor a veces es un juego, a veces es una causa, la más importante que un humano puede emprender en la existencia masiva, anónima y mortal. Porque el tiempo pasa y todos hemos de morir, el tiempo perdido, es tiempo que nunca más volverá. Si van al cementerio juntos, no revivirá el muerto, solo verán crecer flores. Primeros auxilios, desesperación esperanzada. No se pierdan, que sus caminos son lo que son, por su mutua influencia. No pienses, ámense y duerman todas sus noches y bésense cada mañana.
Yo sé lo que es hablar y decir: “No sé, no sé nada de como estas, no te veo, te quiero ver; y nada preciosa, no quería llorar. Hablamos otro día, te extraño mucho mujer, fue demasiado por hoy. Abrazo.”
Y luego escribir entre llantos encerrado en mi cuarto: “Tu risa, tu boca, la belleza escandalosa que se desliza por tus labios. El encanto de las palabras que masajeas con la lengua, tan hermosas son sus ideas, tan perfecta de viento y arena.”
No se desperdicien, no lo arruinen, que todo está en sus manos, siempre y cuando estén juntas. Quizás me equivoque, pero de algo estoy seguro, que el dolor y la resignación que te deja en la sangre perder a tu amor de la vida, es una equivocación más fatal, que cualquier consejo que pudiera darte hoy y que al final te hiciera mal de todas maneras.

El hombre se retiró con una sonrisa, como si algo de su vida se arreglara con esa acción tan hermosa y sensata. Era la cara de un soldado del amor, que aún resiste para hacer del hoy y del mañana, un mundo más habitable y la existencia grata.

1 comentario:

  1. Imagen: Toni Demuro

    http://tonidemuro.blogspot.it/2011/08/blog-post_10.html

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