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Imagen 1. |
Bueno, contar hasta un
millón.
Otro millón más,
otro millón más,
ahora puede que se pueda dormir.
Ahora después del azar y la casualidad, mejor respirar hondo.
Pensar en no pensar, desentrañar la maraña, el nudo que llega hasta el estómago
pasando por el pecho y la garganta y anclada en la cabeza como una bala
estupefacción. La evidencia sentenció la estadía en estos días sin sol. Después
de la casualidad, mejor estar, ser no. Se abrirán las puertas al mundo en
cualquier momento, quizás la casualidad me devuelva la suerte que me quitó (por
suerte) y pueda reconciliarme con los ojos que andaban diferidos tanto de la
mente como del corazón. Espero azar que te reivindiques, espero que te portes
mejor. Las coordenadas que me designaste, parecen que son para que te odie, a
vos, a mi y a la canción.
Atte, un tipo que aprende a llevarla.
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Imagen 2. |
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