En el mismo instante,
Justo a tiempo,
Como si fuera un film siniestro,
Justo allí fui a parar.
Debería no pensar,
Debería solo estar,
No debería amar nunca más.
Pero,
Tampoco vivir sin amor…
La vista fue el medio por el cual,
La verdad violenta se proyectó,
Sobre mis ojos húmedos,
Sobre el amargo de mi paladar,
Sobre la esperanza que se ha ido,
Sin saludar.
Todo lo que imaginé,
Con pavor y odio,
Cayó sobre mí,
Cayó sobre todo,
Y todo cayó,
Hasta quebrar.
A través de mis ojos,
La verdad,
Como forma de violencia.
El tiempo que solo será un ritual,
Que solo será una mera formalidad.
No hay nada si no hay intimidad,
Cuando cada una se muda,
A cada soledad.
Quizás,
Debería hablar por mí,
Quizás, debería ya no pensar.
La vista fue el medio por el cual,
La verdad violenta se proyectó,
Sobre mis ojos húmedos,
Sobre el amargo de mi paladar,
Sobre la esperanza que se ha ido,
Sin saludar.
Renuncio al juego, a la suerte y al azar,
Renuncio porque nada me han dado,
Y por lo visto hasta acá,
Nada bueno me van a dar.
Quizás simplemente debería agradecerles,
Haber mostrado todo sin titubeos,
Y con una cruel honestidad.
No debo adelgazar más,
No debo dejar que mi cabeza me vaya en contra,
Las cosas son claras,
No queda otra,
No queda nada,
Ya ni la sombra.
Ya no mendigarás mentiras piadosas,
Ya no mendigarás nunca más…
Al menos eso espero,
Porque entendiendo todo,
Hay emociones que no quiero cambiar.
No veo nada de malo en mis convicciones,
Suma de mis experiencias y mi esquema emocional.
Cada uno vive a su manera,
Su libertad.
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