El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

domingo, 3 de julio de 2011

Habrá Cadáver / Junio 2011 – Umiel/Noria Puentedela


"El olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas, y hay que tirar rencores por la borda"
El recuerdo es un espejo que refleja lo acontecido, salvándolo de la perdida del olvido; y su carácter selectivo, cuando opera, es una victoria en la peor guerra que ha existido: la de uno contra uno mismo...

“la tristeza de un día sol que no nos excusa con las lágrimas que corren por las mejillas"

Quiero vivir ciego, para ver en los pequeños avatares de la rutina la intensidad de una sorpresiva fantasía...

Aunque de cuando en cuando el impacto del concreto revienta mi cabeza y me deja atónito y apesadumbrado…

Entiendo, además yo soy un poco de eso. También suelo inventarme historias para tener algo que contarme...

a veces las siento profundamente, y la nostalgia y el anhelo, me confunden, tanto que confundo, desconozco si es real..

Si soy sincero y desnudo las intenciones ocultas de lo que hacemos, es porque comprendo, que partimos del origen de estar mintiéndonos. Y es así la fórmula: mentira + mentira = desencantamiento; en cambio mentira + sincera fantasía = interpelación a la creatividad y al conocimiento de los recuerdos. Dejemos la primera para el teatro y sigamos con la segunda hasta conseguir sal para nuestros besos. Tengo recuerdos viajando a dedo en las rutas de mi amnesia; tengo frases colgadas en papeles en mi cuarto; escucho voces de fantasmas de lo que tuve y ya no tengo; lo que me falta y quiero. Es simple, juguemos a olvidar lo que no se dice; es simple: soy abogado de mis sentimientos, básicamente porque creo en mi corazón y en sus derechos...

Básicamente porque descubrí el sin sabor más amargo de todos. Recorre mi estómago la acidez de aquel triste hallazgo. Lo que creo no es más un invento, la imagen de aquel espejo.

Tan crudo, tan rústico, casi agresivo... típico de un ser enardecido por la pasividad acuosa y totalizante del desengaño de los sueños vividos. Pobre marioneta que no ve los hilos que lo mueven; aquellos resabios de un sentimiento que aún no ha muerto... queriendo negar el grito, del silencio que fue compartido y que llenábamos en muestra cabeza, con ideas e imágenes de puentes, mares, un solo camino, objetivos compartidos.
No se da cuenta que le desamor y el odio no surgen de la muerte de los sueños compartidos; es precisamente lo contrario: una lucha por enterrarlos, por que aún están vivos...

gritá! gritá!- le dice al inerte cuerpo, que no sabe volver a la vida -no se despierta porque no quiere, prefiere andar dormido, todo el día, toda la vida, antes que despertar y darse cuenta que todo está así, quietecito, anestesiado, ¿donde es que late?- se preguntaba -es que no lo siento, no siento nada..

Recuerdo aquellos mordisqueos matutinos, Me pregunto como vos ¿Dónde quedó la gracia de aquellas mañanas, cuasi caninas?
No puedo contener la revelación: esta actitud gris, llena de vacío, de almas compartiendo profundas tristezas, hace perdurable aquella esperanza, que se iza vencedora, sobre nuestras frentes, rompiéndonos la cabeza: La sensación de pérdida, es la resistencia de las ilusiones que intentamos asesinar, sin descanso y no lo logramos... no por pereza, ni por indiferencia; por incapacidad y carencia; de ver como los duendes y hadas que nos acompañaban en cada desayuno caníbal, correteando alrededor de nosotros, aún felices y llenos de oídos sordos. Estamos quietos, insensibles, temerosos antes que temerarios; cobardes esperando que se vayan; que se lleven con su huida los polvos dorados de la magia que consumíamos y nos adormecía, de un eterno verano, de vidrios empañados, de primavera de emociones, de ceniceros llenos de ilusiones...

Pero cuando despertamos, cuando llega el invierno y la ilusión parece disiparse, nos damos cuenta que ni siquiera el calor de los leños trinando candentes en el hogar, nos entibian el alma, entonces caemos en la cuenta, en la eterna agonía de descubrir que estamos solos, muy solos…

Ocurre en el mismo momento en el que descubrimos, que falta es a-temporal; y que los seres divinos, metafísicos que solíamos ser, perecen en la concretitud, del sexo ausente... de soledades compartidas...
Soy, solo un poco de eso. Pero cometes un error garrafal al creer que lo que tienes entre tus piernas es un animal. Este rejunte de huesos y tripas, a penas es un hombre, un cobarde que esconde debajo de su piel y actitudes extremas, un corazón de algodón. Y tú también lo eres, la pena te expone tierna y vulnerable.
Así que deja esas palabras violentas que estandarizan como potes de sopa yankiee, incluso a almas poetas. Y si te gustó la sensación de humedad que perduraba entre tus piernas...
Tienes que entender que la magia habita en tu pecho, no en tu seno; en el sentimiento y no en mi esperma...

Y mi presencia no es la tuya, no quieras pretender-imaginar que estamos juntos como las dos mitades de una naranja que hacen una. No-nos-complementamos. No te mientas, no me mientas. no existe el complemento: yo-sin-vos-soy. Si vos sin mi no sos, es porque nunca fuiste, porque tu triste existencia dependía de mi o de cualquiera, como si necesitaras de un cordón umbilical para sobrevivir. No-me necesitas/ no- te-necesito. Me absorbes, me quitas mis nutrientes para engordar tu patética existencia-al-lado-mío. Prefiero mi patética-flacura poética, mi lenta muerte de hambre, de saberme solo, antes que parásito de alguien…

Te defines, defines lo que eres, solo diciendo que no sos lo que eras; y te evidencias igual: hoy solo eres, una negación sin contenido de lo que fuiste. Por eso no necesitas, porque no me tienes; y tienes la necesidad de necesitar que no me tienes, que te aburro, que robo tus tonos, tus colores; cuando en realidad tú los pierdes, al no tener ya matices....
pasas horas llorando por lo que fuiste alguna vez, aquello que me enamoró de vos, ¿me enamoró de vos? o solo me "encantó"? como el canto de una sirena... pero cuando se terminó el encanto, cayó todo tu gris, si, ahora sos gris, ahora me pregunto ¿siempre fuiste gris, y solo yo te pinté de colores en mi mente? se apagó tu luz, dejaste de brillar, y ahora solo escucho tu llanto, tu monótono y aburrido llanto, tu lamento empedernido, agobiante, cansador, hasta el hartazgo.

Que intentes ver dentro mío algo que está dentro tuyo, habla por sí solo. Estoy allí, dentro tuyo, desestabilizándote. Porque prefieres tenerme prófugo en tu sangre, clandestino entre tus gemidos, criminal en tus arterias coronarias; disperso en tu ombligo, para sacarme de un lugar al que nunca creí llegar. Me odias, no me eres indiferente, y solo por tenerte miedo al querer tenerme. Y somos tan cobardes, que mañana, de nuevo, como tantas veces, nos preguntaremos entre maltratos, ¿qué paso anoche?...

Y para darme el espacio del tiempo, para terminar con estas palabras que dicen tanto como nada, te respondo que en estas letras odiosas, crueles, resentidas, empalagosas de agonía; nuestra magia subyace, en su forma de poesía. Y en cada insulto nuestro escupimos flores y danzan los versos...
Hasta siempre amor perdido, hasta nunca amor eterno...

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