El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

sábado, 25 de septiembre de 2010

La vanguardia de la calle / Umiel 2004



En las hojas de la conciencia, las cuales se encuentran manchadas por algunas situaciones que son difíciles de tragar, por su sin sabor, se redacta:
Sopla un viento vicioso, nace un proyecto de amor en la vanguardia de la calle, una fiesta, tabaco, alcohol, marihuana, droga...  ...entre habladurías lo consigue: la tiene en sus brazos, cuando la suerte y el destino se entretienen, le regalan una sorpresa: de repente la tiene en la cama.
Ronda un viento cargado de tiempo en forma de momentos, impensante, inconsciente, preadolescente, indecente y era mitad del mes.
La divisa, lo sabe y le aterra su cuerpo al apreciar un hecho: "su inocencia"; desde allí se sadica, se encandila, piensa solo en sí.
Una brisa tornado con aroma a lujuria, aunque ella sufre lo abraza, lo besa, lo toca, le dice que lo ama, que le encanta. Lo hace sentir grande, viril, varón, más varón que grande, más viril que varón, más grande que viril, más grande, grande, varón.
El vino tinto se cae sobre la sábana, coartada que es pequeña ante el río de algo no corporal: el sufrimiento, la alegría, la pérdida; un pastizal húmedo que comprende a un escorpión encima de un reloj de arena, quebrado.
Se siente un dios, juega con la vida, con el big bang, con el cuerpo de ella, con el alma. Le encanta transtornadamente controlar la situación, su sadicia le otorga exitante su desesperación y sexies las lágrimas, que caen sobre el colchón.
Luego no ses remuerde, hizo lo que sus amigos esperaban, cree lo que le han enseñado: que hizo lo que un hombre debe hacer.
Salen de su boca exhalaciones con perfume a venganza, con aroma a pérdida, con fragancia a sexo que se funde en un nuevo grito. Caen lágrimas, sus ojos, la emoción, el sol, suena el despertador, corren hacia la puerta y luego hacia la esquina; un beso y un adiós con la mente monopolizada por el número telefónico de una vecina amiga; la celestina. Todo pesa como pasa lento. Ella se ensalsa en su placar al extrañarlo. El sigue con la frente en alza esperando la próxima vez a jugar con fuego, le intriga quemarse. (Ahora si un verdadero adiós, al horizonte)
Pero no interesan las concluciones líricas, en sus cabezas imperializa el frenesí de que como amigo fue presentado y hoy como novio aceptado. A su campo nadie invade, cuando sobrios reafirman su amor. No hay dirección ni peajes en la ruta del viento, donde corren a paso de vuelo: la desconcentración es un desierto áspero y deseoso de caricias.
Sigo mirando sus acciones, el amigo con "A" ha fallado y se rompen reglas. Y sopla el mismo viento vicioso, nace un proyecto de amor en la vanguardia de la calle; ella 13 él 2 mayor, al cabo de nueve meses nacióy fue varón, y en la tumba de su adolescencia nunca nació una flor.

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