Cuando yo preguntaba,
¿A dónde viajan las nubes?,
Tu, mientras decías:
Si las nubes caen,
Nos aplastará una nebulosa…
Pensé instantáneamente que me había tirado,
A un pantano,
Del cual tú,
Ya,
Huías…
Ese momento en el que el dulce empalaga,
Y el malestar se sufre con enojo;
Es no ver más que a ti mismo como enemigo,
En la pupila de tu ojo.
La persecución a una imagen cobarde,
Que se escapa rápidamente como un reflejo.
Y los ves correr a la distancia,
Y no distinguirlo desde lejos.
Como un recuerdo egoísta,
Que se esconde mal entre los árboles del olvido,
La satírica tragedia amnésica,
De no poder pensar lo pensado sobre lo vivido.
Una mala medida para un sentimiento tan bajo,
Un desierto y un escarabajo (Amarillo)…
Un faro escondiéndose en la niebla,
Niebla exhalada en el bostezo de pereza,
De un Dios negligente y dormido.
El quebrantamiento inconciente,
De una concepción de perfección flexible e inocente,
A semejante acto corrompido.
Un corazón encendido y ardiendo en fuego,
Dispuesto a matar por amor;
El derecho a la necesidad de esperanza,
La resistencia armada de una ilusión.
Mis patologías psicosomáticas,
No es una enfermedad física,
Es un corazón en revolución.
No tome vida de repente,
Nunca fui un robot;
El código será siempre incorrecto,
Porque somos los dueños del número PI y del amor…
Hundiéndome en el barro pienso que el problema me rodeó,
Cuando en realidad fui el pantano y la propia selva,
En realidad todo el tiempo el problema era yo…
Cuando pude detenerlo y mirarlo a los ojos,
para no ver más que un triste y deforme rencor...
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