
Nos encontramos como si nada hubiera pasado. Todo marchaba dentro de la normalidad de quienes se conocen de mucho tiempo, nadie podría advertir otra cosa, mas que lo que expresábamos. No cabía duda, por lo menos para mí.
No esperaba menos de tu presentación, suponía que sería sugerente, explícita y justo para tu cuerpo; pero ciertamente lo esperaba y quizás por ello habré generado anticuerpos; o por lo menos pude mirarte dentro de mis cabales, casi sin intermitencia a los ojos. Cada minuto que pasaba y mi defensa se mantenía, era un pasó más a la victoria, al horizonte, a mí, a mi mismo, mi yo...
De alguna manera me adentre a la experiencia y quise aumentar el peligro, congraciarme al tenerte en mi casa, en mi cuarto de nuevo y no, no hacer nada... Disfrutar de mi fuerza de convicción, de mi temperamento, de lo que eh construido hasta el momento...
Hasta que te vi de nuevo derramar tu hermosura en cada cosa que tocabas, vi que dejabas luz en la silla en que te sentabas, esplendores en aquellas que mirabas y entre ellas estaban mis ojos... Cada palabra que encerraba una posibilidad, cada flecha que tirabas, cada bala, cada golpe fue destruyendo mi castillo hasta quedar solo entre medio de mis ruinas y viendo como preciosa te acercabas con una sonrisa y con una boca que pedía besos...
Y yo indefenso, en tus manos me entregue al deseo que creí dormido y hasta creí sentir ya muerto...
Y pensé en mi anhelo, que corría contento con un nombre, que en un primer momento pensé que era el mío, pero en un reflejo en un espejo de mi pecho pude ver que tenía dos letras mas... tiene tu nombre, el tuyo... Y del cadáver creció sobre su tumba, una flor, cuyos pétalos son suaves como tu piel, su fragancia el aroma sugestivo de tu cuerpo y sus dos hojitas son tus manos con las que enciendes mi deseo...
Y que hermoso problema si esta noche esa flor vuelve a ser la más bella de mi jardín, en la primavera de mis sentimientos...
Y solo puedo pensar en tu preciosa imagen al despertar...
Y llegó el mañana, estabas hermosa, más de lo que esperaba y disfruto de esa sorpresa. Tu aroma esta en mi almohada, tu imagen fija en mis ojos, el gusto de tus besos ente mis labios, tu belleza rebotando en mi pecho y tu sonrisa quedó en el deseo de verte de nuevo, si de nuevo y lo antes posible...
Y mi poesía queda apuntando hacia vos, mis palabras para tus oídos y mis besos sueñan con darse esta noche... Noche de domingo...
Aunque no se si lo que diré lo dirijo hacía ti o hacia mí, quiero que sepas que ya comenzó el juego, y solo jugando descubriremos nuestra suerte... llegaste de repente, me venciste, me tomaste la mano y tiraste los dados y nos miramos frente a frente y luego del beso explotamos...
Tengo una risa,
tengo miedo...
tengo ganas,
y un cenicero lleno,
tengo fantasmas
y tengo nervios,
pero más aún
tengo besos...
Tengo ansiedad,
tengo angustia,
tengo deseos,
tengo recuerdos,
y los pulmones llenos,
tengo esperanza
y aún mas besos...
Tengo un corazón que ya no late lento, que como un ladrón ha robado algo de ti, y lo hace circular en mis venas, muy dentro y veo que mi inspiración tiene tu nombre y mi poesía tu forma. Porque la tristeza es hoy por saber que no sería lo mismo el no verte, porque ahora si estás hermosa, divina, especial e hiciste latir mi corazón más fuerte...
La modificación de un texto...
La modificación de mi vida...
y no tengo miedo,
tengo besos que emprenden su viaje en vuelo sobre las mismas mariposas inquietas que dejaste ayer jugueteando de mi panza a mi pecho
de mi pecho a mi panza,
se muy bien que buscan el corazón. ...
¿las ayudarás a encontrarlo?...
yo lo haría, pero hay cosas mi vida,
que debes hacer vos...
Y te mando aún mas besos,
ya dije en puro vuelo,
y te mando mi mirada en cada rayito de sol
que entre por tu ventana
y mis palabras en el canto de los jilgueros...
Y me dices que pare este aluvión de palabras, pero entiende que mi boca no puede parar de pronunciarlas, me adviertes que te puedes enamorar, que tenga cuidado con el fuego, que tenga cuidado que me puedo quemar, que podemos quemarnos...
Y yo te contesto que ya me encendiste con tus besos, mi corazón hierve, mis manos queman, y me prendo fuego al pensar en ese acto en que ardemos de pasión, donde nos fundimos en el calor, sumergidos en lava y con la sangre inflamable... y de solo pensarlo apareces vos, sueño con carbón, sueño con alcohol, sueño con fósforos y que me quemo, me quemo, me quemo, pero me quemo junto a vos...
De todas maneras la noche me consumiría de angustia sino vienes, y prefiero consumirme en el fuego que generas cuando me tocas, mientras me derrito en tus besos, en tu boca...
Y todos los recuerdos y momentos desagradables, experiencias vacías, tristes y vulgares, no son nada que nuestros mimos enamorados no puedan arreglar. Y creo que no hace falta que te vuelva a recordar cuando tienes que saltar... quémame, quémate, quemémonos, quememos los fantasmas del desastre y de las espantosas experiencias degradantes en la llama inocente del enamoramiento...
Y tengo muy claro que estoy valiente, aunque nos salga muy caro...
Luego de hacernos el amor, luego del orgasmo enamorado, tiré los dados y mi suerte está echada, y si tus caricias son tan mimosas como las mías, si no buscan solo la piel sino también acariciar el alma, podré decir que esa suerte se convirtió en mi fortuna...
Y me escribes cosas que me enamoran, que me llenan de ilusión, que me hacen vivir una fantasía, que me dan la fuerza para sincerarme con mis sentimientos,
y ver que otra vez te tengo dentro de mí,
en mis venas,
en mis pensamientos,
en mi...
...
¿Donde está?
mmmmm...
...
No lo encuentro...
¿Te fijarías en tus labios,
en algún beso,
por si en un descuido,
mi corazón hipnotizado,
se fue contigo?
Y tu sigues increíble y yo solo puedo prometerte soñar contigo y que si sueñas conmigo te daré en él todos los mismos que te daría si estuvieras acá conmigo. y respondes que tenías planeado hacerlo...
Y me pides valiente redoblar la apuesta en este juego,
y yo te advierto que no perderé si tengo,
en la manga el as de corazones,
y en la otra el as de copas,
para festejar juntos luego de la victoria...
o para embriagarme y aceptar la valentía de este intento...
Aunque sea una derrota...
Y sentirme orgulloso de respetar siempre mis convicciones,
y especialmente los sentimientos que llevo adentro...