Es como
tener un remolino pequeño,
Danzando en la punta del dedo,
Y al interior de su garganta,
En una avatar de palabras,
En su movimiento se enreda,
Se atraganta,
Sin atisbar a dejar de pronunciar,
Sigue entre vómitos,
Desangrándose en verborragia.
Se sienta sobre el marco de un
cuadro,
Lo desbalancea,
Lo confunde
Los relojes ya no se derriten,
Los relojes solo quieren arder.
Un
hombre que se empaña,
Entre
lo que desea,
Y lo
que realmente es.
El
humo de lo posible,
Lo
que aparece,
Cuando
se escapa del dolor,
Y empieza
a correr.
Vi
tipos destruyéndose ante una mujer,
La
indiferencia cruel de mirar a los lados,
Mientras
buscaba un gesto tierno,
Los
intentos tan siniestros,
De
transformar algo que no quiere ser.
Vi
gente acostada en la calle,
Abrazada
y riendo,
Vi
tipos en Alfa Romeo,
Odiar
al mundo en su desenvolvimiento,
Vi
luchar a una flor,
Contra
la fuerza irrespetuosa del viento.
Vi
palabras teñir de desprecio,
Al
remolino cuando muestra su aliento.
Vi
a un marciano encontrar el amor,
Una
mañana, mar a dentro.
Vi
de todas maneras salir al sol,
A calentar
el firmamento.
Un
réquiem por mí,
Por
mis oídos,
Y por
mis sentimientos.
Una
copa más por favor,
Y otra
para el lamento.
Imagen 1: http://quenomerompanlasilusiones.blogspot.com.ar/2012/08/reflexiones-una-copa-de-alcohol.html
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