Palabras sin sentido que toman impresión de coherencia en la
especulación ajena.
Gestos que atisban a aparecer en el rostro en medio de decenas de pequeñas causalidades que ordenan un simple domingo.
Cambio de forma, de pelo, de piel y olor en el pensamiento ajeno. Cambio siempre en función de la referencia de algunos momentos.
Pensar en esto ya me cansa por el hecho de pensarlo, y más aún cuando no puedo evitarlo y me enredo en el circulo de las posibilidades ignotas y luego debo desenredarlo. A ese que dice ser yo, pero que no se parece a nada de lo que vi hasta ahora, en mí.
Palabras sin sentido que toman impresión de coherencia en la especulación ajena.
Envidias, odios, broncas por un lado.
Expectativas, ojos brillantes y sonrisas por otro.
Mientras todo pasaba, como el tiempo, y las zonas de sol, como las páginas, una tras otra, continuaba su día en su lectura.
Estos acontecimientos se evaporan en la más absoluta existencia despistada.
Una sonrisa personal,
Tomó su vida con las manos y salió a correr en sus dos ruedas.
Data una paloma, de una plaza cualquiera.
De cualquier plaza de Avellaneda.
Vestía camisa a cuadros, pantalón marrón,
Se dio al vuelo,
Se fue fumando.
Gestos que atisban a aparecer en el rostro en medio de decenas de pequeñas causalidades que ordenan un simple domingo.
Cambio de forma, de pelo, de piel y olor en el pensamiento ajeno. Cambio siempre en función de la referencia de algunos momentos.
Pensar en esto ya me cansa por el hecho de pensarlo, y más aún cuando no puedo evitarlo y me enredo en el circulo de las posibilidades ignotas y luego debo desenredarlo. A ese que dice ser yo, pero que no se parece a nada de lo que vi hasta ahora, en mí.
Palabras sin sentido que toman impresión de coherencia en la especulación ajena.
Envidias, odios, broncas por un lado.
Expectativas, ojos brillantes y sonrisas por otro.
Mientras todo pasaba, como el tiempo, y las zonas de sol, como las páginas, una tras otra, continuaba su día en su lectura.
Estos acontecimientos se evaporan en la más absoluta existencia despistada.
Una sonrisa personal,
Tomó su vida con las manos y salió a correr en sus dos ruedas.
Data una paloma, de una plaza cualquiera.
De cualquier plaza de Avellaneda.
Vestía camisa a cuadros, pantalón marrón,
Se dio al vuelo,
Se fue fumando.
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