Me haría bien no pensar,
en lo que suelo reflexionar,
y voy a entregarme completo a ti,
tus besos me ayudan a no gritar,
las cosas que no quiero decir,
te doy mi corazón,
y mi voluntad de ser feliz,
unos pendientes, una cena,
una mirada tierna y vedlo aquí
mi regalo de San Valentín...
Mírame a los ojos,
mientras acaricio tus cabellos,
sueña en mis brazos,
no temas mi vida,
ya no es necesario,
porque luego de la herida,
luego que me han lastimado,
en vez de querer vengarme,
creo haber aprendido a no hacer daño...
Diré que no es fácil,
que no apuesto sobre seguro,
que es difícil creer en el amor,
en estos tiempos tan oscuros,
de circunstancialidad,
anonimato y egoísmo...
En los tiempos pos modernos de la muerte de los sueños...
Y de asesinatos y desapariciones de los soñadores, inocentes e ingenuos....
Pero hay algo que aún me cautiva,
algo que recupera tu mirada,
algo que disfruto, ya no duele, no esta fría...
cierta ternura que ilumina los ojos,
derritiendo rocas, creando espejismos,
y me conmueve...
y sí, soy así,
un chico triste,
que no sabe mentir,
y cuando me quiero vengar,
descubro que la venganza,
no es para mí...
Y sí, no soy más,
que un niño asustado,
que te quiere abrazar,
y no pensar,
en todo aquello,
que nos hizo separar...
Y sí, soy así,
un joven al que le cuesta,
ser feliz,
(Y ante eso)
vedme aquí,
con un moño en el pecho,
este es mi regalo de San Valentín...
Porque aún hay momentos verdes,
momentos en los que creo,
en el que se iluminan las miradas,
se derriten rocas,
que hablan los jilgueros,
y la arena se enamora...
Días soleados en los que llueve...
Hablo de aquellos momentos contigo,
y aún me conmueven...
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