Seré breve.
Vengo a decir,
que el olor a sangre,
el semblante herido;
atrae más animales hambrientos,
cazadores y carroñeros,
que enfermeros.
Lo sabes,
muy bien.
No obstante,
¿sabes?
hay una luz que desborda
el obstáculo;
en tu risa plena.
Allí,
casi inagotable,
nada te eclipsa.
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