Te
miraría dormir,
Me
acercaría lentamente a tu cuello y a tu rostro,
Para
recibir gota a gota, casi como en el aliento de un suspiro,
La
sensualidad de tu aroma.
Me
quedaría a milímetros de tu rostro,
Casi
en un roce imperceptible,
Acomodar
tus labios entre los míos,
Y
besarte allí por siglos.
Fantaseo
con inaugurarte en un nuevo día,
Con
el confort de nuestro beso mezcla de seda y miel,
Sin
impetuosas exaltaciones,
En un
abrazo profundo e inmortal,
No
distinguir diferencia alguna,
Entre
sueños y realidad.
Sobre
el regazo del amor,
Entre
calor y algodón,
Volveremos
a creer que el infinito,
Se
disuelve entre los dedos húmedo y placentero.
Chocolate,
menta y limón.
Te
despertaría con mis sentimientos románticos florecidos,
Con mi
sexo excitado y altivo,
Y con
la pretensión de habitar en vos.
Te
pienso,
Fantaseo,
Tus
manos sobre tu cuerpo,
Como
títeres de mi deseo…
Hubiera
dado todo por estar en aquel momento…
Si ya
no fuera que es tuya, tú regalo,
Vendería
hasta mi alma si fuera necesario,
A
pesar de mi ateísmo, de mi escepticismo intacto,
Lo
digo sin temor: tu cuerpo tiene sombras,
De
algo parecido a lo sagrado.
(Brote
intenso)
¡Hacerte
el amor con este corazón y este cuerpo enamorado!
(Deseo)
(DEseo)
(DESeo)
(DESEo)
(DESEO…)
¡Hacer
el amor hasta desmayarnos!
Tu
piel es hoy el camino, principio y final del placer,
Cuando
tu boca ríe con su brillo en portugués.
Es
como cuando roza el viento tu pelo para conseguir aroma,
Como
cuando conviertes la lluvia en cristal con la mirada en otro idioma.
Chupar
tus besos,
Recorrerlos,
Deslizarme
en la estela que dejan,
Las
lenguas ardiendo.
Exprimirlos
hasta el jugo,
Lamer
su néctar,
Y
sentir como gimes y jadeas...
Voracidad
romántica,
Que
te envuelvo entre mis labios,
Que
me pierdo dentro de tu boca.
Dos flores carnívoras
que bailan sin espinas y que escupen perlas sin estación. Iluminan la noche de
anhelo como semillas de algo mejor.
Serán
los faros que brillen sobre la soledad,
Cuando
esta se parezca tanto a tu ausencia en la oscuridad.
Y que siga girando el
tiempo, Que se derrame la arena y tape al escorpión, que se ponga en huela el
tiempo y que la distancia tenga que pedir perdón. Que nada distraiga a la
esperanza, que esta paciencia tiene origen en la pasión.
El
problema de la distancia se mide en tiempo,
Que
giren y giren,
Las
agujas sin reloj.
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