Comencé con uno de los dos,
Luego concluí, que eran tres,
El llanto sostiene que eran seis,
Y simplemente todo comienza otra vez.
Un corazón con alas,
Entre dos tierras,
Divididas por agua,
Una gaviota,
Que amanece en la orilla,
Cada mañana,
Mientras que en las islas,
Dibujan gaviotas sin alas.
Otra vez me he visto llorar,
Sabiendo que dentro de mi,
Me aguarda el mar…
La espuma de las orillas,
Esconde mis pies,
Esta vez quise nadar,
Pero soy un ave,
Con plumas por caer.
En una isla los silencios matan,
En la otra las noticias me acallan,
Unidas por la maldita misma cosa,
Por agua salada,
Por kilómetros de mar,
Por lágrimas que se llorar.
Continué sin entender a ninguno de los dos,
Mucho menos cuando vi juntos a los tres,
En mis ojos el dolor vale por diez,
Y solo queda comenzar otra vez.
Un padecer…
Agua salada, dos islas;
Mucho aire,
Y mi neceser…
En un lado las risas me enlazan,
En el otro los recuerdos me atrasan,
Ambas unidas por la maldita misma cosa,
Por kilómetros de mar,
Y por la sal de las lágrimas,
Que aún no he de llorar…
Un corazón con alas,
Ente dos islas,
Divididas por agua,
Unidas a la vez,
Por la sal de esta pena,
Que yace en el alma.
Los querría aquí,
Con aquella vieja esperanza,
Para dejar de ver a esa mujer pintar,
En la playa,
Parejas que se besan,
Con el primer rayo de sol,
De la mañana.
Y mi corazón fue a parar,
A aquellas divisorias aguas,
Desgarrándose, ya, sin alas.
El tiempo es cruel,
Y mi propia vida la que me daña…
Un corazón con alas,
Entre dos tierras,
Unidas por lágrimas;
Y la sangre de una fe,
Que tiñe de tragedia al alba…
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