No hay poesía dentro de mí,
nada que entusiasme
para decir.
Mucho menos puedo explicarte
como llegué aquí.
Hazme daño,
es tu forma
de defenderte de mí.
Yo haré de cada sueño,
de cada descuido,
una cruz,
para besar antes de morir.
Y seré sincero contigo
aunque a los honestos,
los amen casi siempre,
en secreto.
No hay nadie
que se mueva más rápido,
vea mejor
o se más hábil
que yo,
en mi oscuridad.
No voy a quejarme
como un indignado
sin plan.
Ante la posibilidad de vacío,
prefiero confeccionar
secretos inconfesables.
Si no fuese así contigo,
no te quedarías aquí
junto a mí,
gozando de alguna aptitud mía
y de tus miserias inquietas,
expuestas por el hambre.
Sabemos cariño,
que a la incertidumbre
se la aborda con control.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario