Sin culpa,
sin remordimientos,
ni miedo.
Los oídos sordos ya no son
privilegios de sabios,
sino refugio de ineptos.
Placer hedonista
sin criterio,
derrotero animal,
pantano sin pasto,
con barro como brea caliente.
Sin pauta no hay posibilidad,
pero alguien grita bingo.
Y somos de los que no rezan,
aunque no nos vamos
hasta vaciar la botella.
El mundo suele oler a pólvora,
y pocos piden auxilio.
¿Qué habrán hecho de ti?
¿Quién seré yo?
espero,
que las luces se apaguen.
El mundo suele oler a pólvora,
y pocos piden auxilio.
¿Qué habrán hecho de ti?
¿Quién seré yo?
espero,
que las luces se apaguen.
Sin culpa,
sin remordimientos,
ni miedo.
Hazlo,
con seguridad y deseo.
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