Lo que diré es similar,
a dibujar el contorno de un corazón,
en un papel en blanco.
Muy a pesar mío,
se me derrite un secreto,
sobre este papel;
corriendo el riesgo de mojar la tinta
y emborronar las letras;
fallando,
no por falta de mérito,
sino por torpeza,
en esta confesión apresurada;
en esta poesía tímida
pero desnuda;
de quién te busca en la luna,
de quién te besa en sus sueños.
Si no hay nombres,
en aquel dibujo,
no es por prudencia,
es por piedad.
Continúo delatándome,
a plena voluntad
e inercia al decir:
que hubo algo cálido
en despertar
y que sea tu voz,
lo primero que oí.
Sin intentar contener el impulso,
sin embargo;
que algo duela,
luego de tanta decepción
no puede ser tan malo.
Aunque no duerma contigo
abrazándote;
a pesar del anonimato de desearte,
lejos y en silencio.
Esta es,
la declaración humilde,
de una pasión hecha fuego;
la necesidad urgente,
de mi celo.
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