El ser, el siendo y el seré...

01:56 AM. Cierra los ojos, Déjate seducir por el sueño, Contempla tu inconsciente, Mientras tus oídos... ...Se apoderan del silencio...

jueves, 18 de octubre de 2012

El mounstro, para el cual no era una pavada. / Umiel – Octubre 2012

















En el vaivén,
Se resbala contra su voluntad,
Entre el amor, el rencor y la indiferencia más cruel.

Jura por todos sus santos paganos,
Sentirme en su piel…
Por momentos se acaricia,
Se masturba y otras sueña,
Con arrancársela de una sola vez.

Se va, se queda y regresa,
En los confines remotos de su cabeza,
Entre el dolor y la alegría,
Resignación y esperanza,
Sin equilibrio ni balanza,
Caza las mariposas de mi vientre.
Se cocina a baño maría,
En mi frente,
Afiebrada,
Mientras hace piruetas y malabares
En mis entrañas.

Me voy de aquí,
Ya no puedo amarte,
Ya no puedo amar,
No tengo corazón,
Lo destruiste irresponsablemente,
Como un niño,
Sin capacidad de previsión,
El amor se te cae de las manos,
Se destruye contra el suelo del sin razón,
Me convierto en solo un cuerpo
Dotado de razón,
Me encuentro muerto o en su defecto,
Soy un androide o un robot.

Los lagrimales se llenaron de arena.
Y la sangre huérfana se seca,
Desencantada en las venas negras,
De brazos azules sin ánimo ni abstinencia,
Sin pasión y sin vergüenza,
Gelatina sin gusto, agua y pasto sobre la mesa,
Los pedazos emparchados,
Los dedos ensamblados,
Por trabajo infantil y esclavo,
En una fabrica ilegal de Taiwán.
Cicatrices, insomnio y cruces,
Testimonios, cárceles y caracoles,
Pesticidas, cucarachas y un té con limón,
Una parafilia se seca al sol,
Bañada de sal y cerveza,
Un vómito en la maseta,
Una mosca y una fresa.

Un suicidado ojo se pudre,
Un revolver veintidós
Se mese en su semblante,
El contorno de una figura
Que muestra la ausencia en esa presencia,
En esos restos vacíos,
De puro músculo y la aquiescencia,
De un verdugo alado,
Un gorrión traumado,
Hecho alcohol y fuego de mano,
El fósforo sublime,
Lo borro de aquel cuadro…

Como un muerto que aún vive,
Como mounstro inasible,
Me miro y me extraño,
Al no sentir nada en ningún lado,
El no ser asequible,
Ningún gesto humano.
Como ranas, insectos y basura,
Vomito rosas, poemas y ternura,
Sudo perfume luego de bañarme en al barro,
Asesino personas de noche,
Y torturo perros y gatos.
Cago estrellas y serpientes,
Tal cual me han programado,
Sigo con sangre y arterias entre los dientes,
Por haberme devorado,
Los restos del corazón,
De tus manos,
Y me escupías el rostro
Luego de destrozarlo…


martes, 9 de octubre de 2012

La ropa que envejecerá a partir de hoy. / Umiel - Octubre 2012


Y la situación me obliga a dormir en este colchón,
Mientras se convierte en espinas y me encuentro cayendo desmayado.
Otra vez lágrimas sobre la almohada,
Cada vez más saladas,
Cada vez con más dolor.
Nunca creí que fueran tan dulces,
Nunca, nunca, nunca…
Juro que no…

El filo de las amapolas de Alelí…
Rebotando en las esquinas de la taza que perfuma…
Nadan en el agua hirviendo y se consumen en aroma,
Mis pulmones la esperan, ríen y lloran…

La intensidad de la amargura que deja la dulzura cuando se va.
Esas lágrimas me ahogan en el grito cerrado de una garganta que se ahorcó…
No alcancé a encontrar las palabras, se diluyeron en los dedos de mi lengua,
La sopa de letras se derramó,
Con moscas que nadaban como sirenas de la tentación,
De dejar un poco de fantasía en mi mundo,
Y darle más tiempo a la falsa esperanza,
Para que manipule mi corazón.
La naftalina de ilusión,
Que dejo entre la ropa,
Que envejecerá a partir de hoy.

Lameré las piedras que golpean mis espaldas,
Y le haré un agujero al bote en el que naufrago hoy.

Solo te pido que no vengas con las fotos de tus besos,
En recuerdos de rouge que manchan la memoria del pañuelo,
Que agitas mientras me voy…

Me voy a pescar a la muerte,
Sabiendo que la suerte,
Es solo un mito o ya se extinguió.

Pero dejaré escrito en una pared este poema,
Para que el mundo sepa,
Que existió un hombre que te amó.
Que te amó más de lo que quisiera
Con intensidad, indecencia,
Locura, fuego y pasión.
Y si es cierto que el arte está en todas partes,
Quizás me recuerdes en el viento,
En una melodía,
En una rosa,
O en el eco, del latir de tu corazón...